Tan sencillo como efectivo. Y, además, encaja a la perfección con la voluntad del consistorio de hacer valer su condición de ciudad educadora.
Lo que ha motivado al consistorio a reeditar este programa es la buena respuesta de ediciones anteriores. Por un lado por parte de los centros y por otro por parte de los padres que han podido ampliar las zonas en las que sus hijos pueden disfrutar de los toboganes, columpios y otras infraestructuras para jugar.
De esa manera, fuera del horario lectivo, se multiplican los lugares donde poder explayarse. Algo que también aumenta las posibilidades de los niños que no se quedan siempre alrededor de un único conjunto de juegos, si no que descubren nuevos lugares y nuevas posibilidades.