2017 dejó 1.290 hectolitros de Vi de la Terra de l’Illa de Menorca. Y toda la producción se comercializó en la propia Isla. Sin embargo los productores que quieran dar el salto a otros mercados tienen mucho trabajo por delante.
Menorca apenas tiene nueve bodegas pequeñas y su producción no da, por el momento, para muchas botellas. Pero el crecimiento de este sector que año tras año gana más hectáreas para vides obliga a empezar a plantearse los retos de futuro.
El Consell, dentro de su ciclo de debates ‘Reflexions de la Biosfera’ analizó el futuro de las iniciativas vitivinícolas en Menorca.
La portavoz de la revista catalana de referencia del sector Va de vi, Margalida Ripoll, expone en qué debe destacar la producción isleña. Incidió en la necesidad de buscar la “singularidad del vino de Menorca. Siempre se está a tiempo de hacer lo mismo que en otros lugares”. Ripoll incidió en que el suelo y el clima de Menorca inciden en el tipo de vino y hay que aprovecharlo “aunque, quizás, todavía están a medio camino de hallar este punto diferencial”.
También señaló a los productores que deberán empezar a planificar u salida a otros mercados para crecer. “Quedarse en Menorca porque tienen toda la producción vendido es permanecer en una zona de confort que se debe abandonar para poder crecer” dijo Ripoll.
En estos momentos apenas se usan 40 hectáreas para el cultivo de uva para fermentar. En los últimos 13 años se ha triplicado la producción de vino en la Isla