Era preciso resolver la renovación generacional. La continuidad del buen trabajo del equipo directivo de Pere Pons, al llegar éste a la jubilación, buscaba a alguien que pudiera tomar las riendas del Centro. Tras algunos infructuosos intentos, ahora es la Asociación Xal·lubínia que se apresta a tal responsabilidad. Y lo hace con miras a conseguir la deseada Residencia de estudiantes que, desde diferentes lugares del planeta, quieran venir a Alaior para aprender las variadas técnicas de grabado.
En Bogotá y Milán ya hay conexiones firmes con la escuela de Alaior y en el calendario ya se están poniendo fechas a las primeras de estas citas. Mientras, en la isla podemos seguir disfrutando de sus espacios expositivos. Hasta final de octubre con la exposición ‘Ametllers, hivern’ de Isabela Lleó.
Además, la tecnología y la investigación se suman al guión de este nuevo capítulo del Centro. La gestión que conduce la presidenta de la Asociación, Verónica Arellano, quiere que el grabado esté a disposición de los actuales alumnos, tanto adultos como niños. Pero también se mueven en proyectos implicados con la isla, con sus esfuerzos por progresar con su candidatura de Menorca Talayótica y con otros argumentos que deben ayudar a marcar con fuerza su trabajo en favor de poner Menorca en el mapa de las artes.