El artículo 58 bis ha sido lo que ha desatado más controversias. Con la ley en la mano, pareciera que los partidos políticos pudieran utilizar información de los perfiles de usuarios de redes sociales o internet para dirigir con más precisión sus mensajes.
Varias voces se han erigido en contra de que se mantenga esta renovada Ley de protección de datos, mientras que otros apuntan que realmente se ofrece más garantías de uso de la información donde antes ni tan solo había marco legislativo que controlara quien, como y cuando podían hacer uso de nuestros datos publicados en redes sociales para dirigirnos mensajes personalizados.
Esta semana, el miembro de la empresa menorquina Social Chef, Toni Febrer, comentaba en Radio Menorca que hay quien teme que se pueda utilizar una información interesada a un determinado tipo de público. Por ejemplo, podría haber partidos políticos que enviaran mensajes sesgados intencionadamente para convencer a un futurible votante, y usar fake news (noticias falsas) para decantar la opinión de los usuarios de redes sociales.
Otras voces creen que los partidos políticos, aunque estén amparados por la ley, no irán tan lejos en sus pretensiones.
Tras pasar por el Senado, la ley no tiene ya vuelta atrás aunque algunas formaciones políticas están trabajando para que, antes de arrancar, no tenga validez.
Febrer recordaba el lío que se armó cuando fue una institución privada como Cambrigde Analytica la que estuvo en el ojo del huracán; Cambridge Analytica había recopilado los datos personales de los perfiles de Facebook de millones de personas sin su consentimiento y los utilizó con fines políticos.