Quesería Menorquina afronta desde este lunes un juicio tras su negativa a fusionarse con Quesería Ibérica. Es esta segunda firma quien denunció a la isleña tras romperse el proceso que debía llevar a la compra de la firma balear. Este lunes ya están llamados a declarar los primeros testigos del caso.
Cabe recordar que Quesería Menorquina y Quesería Ibérica aprobaron el 28 de octubre de 2017 una operación de compraventa que debía suponer la fusión entre ambas empresas. Se confiaba en Menorca que esta medida iba a ser el salto hacia delante que necesitaban los 140 empleados de la antigua El Caserío para afianzar su continuidad.
Pero los datos económicos que empezaron a salir posteriormente empezaron a cuestionar que esta fuera la opción más adecuada para los intereses de Quesería Menorquina. De entrada se descubrió que la firma castellanoleonesa arrastraba una deuda de 11 millones de euros, superior a la de la firma isleña. También se constató que mientras la planta balear facturaba 35 millones de euros anuales, la castellanoleonesa sólo 25. Todos estos números ponían en cuestión qué firma iba a ‘salvar’ a cuál. De esta forma y a pesar del apoyo de los sindicatos a la fusión, los dirigentes de la planta menorquina y las presiones de las administraciones baleáricas frustraron la operación y llevaron el caso hasta los tribunales impulsado por Quesería Ibérica.