Teniendo en cuenta las zonas en las que sopla el viento de manera que se pueda aprovechar para hacer girar un molino y las zonas que gozan de algún tipo de protección natural, el mapa de la isla se reduce mucho.
Tanto es así, que García considera que la potencia que se podría obtener de la instalación de molinos no llegaría a dar respuesta a las expectativas que se han alzado estos días al nombrar a Menorca como un territorio piloto de instauración de energías renovables.
Téngase presente que para que un molino pueda obtener un rendimiento adecuado tiene que estar en una zona en la que fluya el aire con una relativa frecuencia y a una velocidad no inferior a seis metros por segundo. Este tipo de condiciones no las pueden recoger molinos como los que actualmente hay en Milà. Sería preciso que se instalaran aerogeneradores de al menos 100 metros de altura.
Cuando buscamos en la geografía insular lugares en los que fuera factible la instalación de este tipo de aparatos, el espacio se reduce tanto que las aspiraciones de alcanzar el 85% de la energía renovable en 2030 no se puede sostener sólo con eólica y probablemente tampoco con solar fotovoltaica.
A corto plazo, el mejor lugar para la instalación de este tipo de molinos es Milà, donde el Consorcio de Residus i Energia de Menorca ya anunció que se sustituirían los cuatro existentes por otros dos más modernos, más altos y eficientes.
