L’italiana in Algieri es una obra que juega la carta de la liberación de la mujer a través de su protagonista, Isabella, capaz de poner las cosas en su sitio ante el rudo Mustafà. Rossini consiguió, a sus 21 años, un triunfo total con esta farsa cómica en dos actos. A pesar de su juventud, el músico italiano consolidó su estilo personal, como legítimo heredero de la ópera bufa del siglo XVIII. Después llegarían otros éxitos como el Barbero de Sevilla. Para este caso, grandes arias y espléndidos concertantes —como el onomatopéyico final del primer acto— son algunos de los platos fuertes de este hilarante menú rossiniano. L’italiana in Algieri regresa al Liceu después de 36 años de ausencia. Vuelve al foso orquestal del Liceu Riccardo Frizza ante un elenco de especialistas en este tipo de repertorio. El director de escena Vittorio Borrelli plantea un montaje vistoso y colorista, muy acorde con el espíritu imaginativo de la espumeante música rossiniana.
Luca Pisaroni y Varduhi Abrahamyan van a defender esta obra que está por detrás de su El Barbero de Sevilla en cuanto a representaciones. Sin embargo, la expectación está puesta en esta representación. Se da la circunstancia de que el bajo barítono menorquín Simón Orfila participa de las representaciones de los días 14, 17, 19, 22 y 23 de Diciembre, con lo que el día en el que se retransmite en Ciutadella, no podremos ver al menorquín haciendo el papel de Mustafá, el Bey de Argel.
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