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Un 36 por ciento de los adictos al juego se inician siendo menores

Un estudio revela un aumento entre los jóvenes que se enganchan a las apuestas deportivas

Caras conocidas como reclamo, colores brillantes, música repetitiva y un transfondo deportivo son las herramientas que usan las webs.
Caras conocidas como reclamo, colores brillantes, música repetitiva y un transfondo deportivo son las herramientas que usan las webs.

El 56,3 por ciento de los jugadores habituales en España lo hacen en las apuestas en línea y un 43 por ciento están específicamente enganchados a las deportivas. En este segmento, la edad media de los nuevos ludópatas es de 25 años, y un 36 por ciento de los adictos se han iniciado en este mundo siendo menores, según un estudio de la Dirección General de Ordenación del Juego. La edad mínima para tomar parte en esta actividad son los 18 años, coincidiendo con la mayoría de edad legal. En Baleares se preveía la apertura de unas 140 casa de apuestas antes del Mundial de Rusia, a mediados de junio, según datos de la patronal del sector de los salones de juego(Sareiba) y el público mayoritario que acude a apostar es, principalmente, un público joven, con lo que el patrón está cambiando: En 2018, las apuestas deportivas ganan la partida a las habituales tragaperras y los dispositivos electrónicos son el medio más habitual para realizar estas apuestas, con lo que los expertos alertan; “después de la generación perdida de los años 70 u 80, por culpa de la heroína, estamos haciendo una generación muy adicta al juego, es un peligro bastante grave”, asegura Vicente Arroyo, de la Asociación para la Prevención y Ayuda al Ludópata.

Caras conocidas como reclamo, colores brillantes, música repetitiva y un transfondo deportivo son las herramientas que usan las webs de juego ‘on line’ para conseguir que los jóvenes se rindan a las apuestas deportivas. El Instituto de Seguridad Pública de Baleares (Ispib) presentó a principios de año un programa para detectar la adicción entre menores a juegos ‘on line’ a través de una campaña con Policías Tutor, en la que se informaba a jóvenes, centros de secundaria y a familiares de pautas para la detección de los casos de adicciones. La Ludopatía es un trastorno reconocido por la Organización Mundial de la Salud (OMS) que lo recoge en su clasificación Internacional de Enfermedades de tratamiento en el año 1992. Los psicólogos coinciden en que, generalmente, empieza a comienzos de la adolescencia en el caso de los hombres, y entre los 20 y 40 años en el caso de las mujeres

La información para la detección precoz de estas ludopatías es “clave” para derivar los posibles casos hacia las instituciones que en Baleares se dedican al control y tratamiento de esta clase de patologías: Atención Primaria, servicios sociales del municipio, Policía Local, Policía Nacional, Unidad de Conductas Adictivas (UCA joven) de la Dirección General de Salud Pública del Govern, y otras asociaciones como Juguesca y Projecte Home. “Queremos ofrecer pautas a maestros y familias para la detección de posibles adicciones sin sustancia entre los jóvenes, interpretando correctamente posibles cambios de actitud, irritabilidad, pequeños robos, o aislamiento social que puedan experimentar los menores”, explica el director general de Emergencias e Interior, Pedro Perelló.

El perfil de las personas adictas al juego ha ido cambiando con el paso del tiempo. Hace unos años la edad media de la persona adicta se situaba entre los 35-50 años. Con la legalización de las apuestas y del juego por internet, la media se situa ahora entre los 18 y los 25 años, explican desde la Associació Juguesca.

El proceso de la dependencia al juego, alertan, sigue las mismas etapas evolutivas que el resto de las dependencias. “El inicio suele darse en la adolescencia y con pequeñas apuestas, aunque puede iniciarse a cualquier edad. Desde que la persona se inicia en el juego con las primeras apuestas hasta la pérdida de control, pasa un intervalo de tiempo que puede oscilar entre uno y diez años”,, aseguran.

En esta patologia podemos encontrar las mismas características que en otras adicciones ya sea a sustancias como a conductas: dependencia psicológica, tolerancia, incapacidad de mantener la abstinencia, síndrome de abstinencia, preocupación continua por el juego, pérdida de control, deterioro de otras áreas a consecuencia de la conducta de juego (familiar, social, laboral, pareja…)

José María Vázquez-Roel, psiquiatra especialista en salud mental y director de la Clínica Capistrano, alerta sobre la proliferación de locales para apostar. “El juego de azar es una droga muy potente que genera muchos desastres para el que la sufre y para sus familiares. Aumentar su disponibilidad va a ser negativo. Sé que la solución no pasa por la ilegalización porque es imposible, pero hay que bajar la accesibilidad grabando el juego con más impuestos o aumentando los controles a menores. Es lo que recomienda la OMS y estoy de acuerdo”, asegura.

Pero, ¿cómo se convierte uno en adicto? Vázquez Roel considera que “solo se va a hacer jugador el que tiene una mayor potencialidad de pensamiento mágico; es decir, el adulto que “cree ciegamente en la posibilidad mágica de que le va a tocar porque lo necesita, enfangándose cada vez más”, explica.

La Associació Juguesca nos da una pautas para establecer el diagnóstico de jugador patológico, en la que se han de dar al menos cinco de los síntomas siguientes:

1. Frecuente y creciente preocupación por el juego o para obtener dinero para jugar.

2. Necesidad de jugar cantidades crecientes de dinero para conseguir el grado de excitación deseado (tolerancia).

3. Fracaso repetido por intentar controlar o detener esta conducta (pérdida de control).

.4. Inquietud o irritabilitad cuando se intenta interrumpir el juego o no se puede jugar (síndrome de abstinencia).

5. El juego se utiliza para escapar de los problemas o aliviar el malestar interior (mecanismo de evasión).

6. Después de perder dinero en el juego, se vuelve a jugar con la intención de recuperarlo. Con frecuencia se juega más cantidad de dinero o durante más tiempo del que se había previsto (dependencia).

7. Mentir sistemáticamente a las personas del entorno más cercano para ocultar la conducta del juego y los problemas derivados de ella.

8. Continuar jugando a pesar de la incapacidad para pagar las deudas crecientes, u otros problemas significativos, sociales, profesionales o legales, que la persona sabe que se incrementan con el juego (incapacidad de abstención). Se cometen actos ilegales (falsificación, fraude, robo o abuso de confianza) para financiar el juego.

9. Arriesgar o perder relaciones interpersonales significativas, trabajo y oportunidades educativas o profesionales debido al juego (abandono de obligaciones).

10. Confiar en que los demás van a seguir proporcionando dinero que alivie la desesperada situación financiera causada por el juego.

TRATAMIENTO

Desde la Consulta Iglesias, sita en Palma aseguran que “la mayoría de los ludópatas o adictos al juego comienzan un tratamiento bajo presión o por motivación externa, más que por aceptar voluntariamente la necesidad de tratamiento y el reconocimiento de que tienen un problema. Como consecuencia de la enfermedad, el afectado puede tener trastornos afectivos como depresión, o trastornos de ansiedad”. Estos pacientes según los últimos estudios son susceptibles de padecer ataques cardíacos (consecuencia del estrés) e incluso pueden tener ideas suicidas por desesperación si no reciben tratamiento.

Los pasos de la terapia son:

1- Evaluación mental, diagnóstico, realización de pruebas complementarias.

2- Evitar problemas de consumo de drogas y alcohol, tratamiento de Ansiedad, Depresión, Problemas financieros, sociales y legales (incluyendo una bancarrota, divorcio, pérdida del trabajo, ir a prisión), prevención de Intentos de suicidio. Tratamiento farmacológico y psicológico.

3- Análisis de comportamiento adictivo

4- Balanza de decisiones, sembrar la ambivalencia

5- Plan de cambio

6- Plan de urgencias, prevención de recaídas, para mantener la abstinencia al juego.


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