Aunque pudiera parecer que nos repetimos más que el ajo, siempre es conveniente ir a las rebajas con algunas ideas claras.
Las cifras que acaban en 9 o 99 llaman mucho la atención, así como los descuentos a un tanto por ciento tan bajo. ¡Si hace unos días estaba mucho más caro!. Hay que tener claro que los reclamos pueden tan efectivos que nos sumerjan en una espiral de consumo que lleve a consecuencias trágicas para nuestra cuenta bancaria.
El primer gran consejo es acudir a las rebajas con una lista muy clara de lo que necesitamos, intentando no salirnos de los topes de presupuesto y evitando comprar gangas si es que no las necesitábamos antes de salir de casa. Insistimos, las ofertas son muy tentadoras.
De la misma manera que en alimentación hay categorías por la calidad del producto (de primera, suprema, etc), en el tema de otros artículos hay que entender el concepto de rebaja no es lo mismo que artículo de saldo o outlet. Es decir, un producto rebajado debe ser un artículo que ya estuviera al público en el establecimiento desde al menos un mes antes de estar rebajado y que no difiera en calidad a los demás.
Otra norma clara de las rebajas es que el artículo debe tener dos precios visibles, el que tenía antes de la rebaja y el nuevo ya rebajado.
Aunque compres un artículo en rebajas, pide siempre el ticket de compra. Es la garantía para poder pedir la devolución de su importe o cambiarlo por otro según si cumple su función / satisfacción del cliente o no.
La garantía de un producto rebajado debe ser igual a otro que no lo es. Por eso aquí el servicio postventa adquiere una gran importancia, para poder resolver cualquier duda. Eso es algo que todavía ofrece mejor el pequeño comercio local de Menorca que la opción de internet, pero los derechos como consumidor deben estar en ambos casos contemplados.
Como consumidor, hay fórmulas para reclamar tus derechos si no estás de acuerdo con el artículo que hayas adquirido en rebajas. Desde hojas de reclamaciones hasta tribunales de arbitraje. Las organizaciones de consumidores reciben en estas épocas más peticiones de ayuda o consultas que en otros momentos del año, aunque la mayoría de los casos se resuelven amistosamente entre comprador y comerciante.
