La alcaldesa de Alaior, Misericòrdia Sugrañes, ha remitido una carta a la ministra para la Transición Ecológica, Dª Teresa Ribera, en la que insta al Gobierno de España para que “introduzca todos aquellos mecanismos que considere necesarios para garantizar un rápido restablecimiento del suministro eléctrico en el caso de que se produzca una interrupción de la generación de energía, como sucedió el mes de agosto de 2018 con la caída del servicio de la central eléctrica, o bien una interrupción del suministro a través de las líneas de distribución, como sucedió el pasado 28 de octubre, y que se informe ampliamente a la opinión pública de las medidas adoptadas para evitar la sensación de fragilidad del sistema que, con razón, tienen los vecinos de Alaior en particular y de toda Menorca en general”.
En dicha misiva, Sugrañes recuerda que los vecinos de más de media isla se pasaron 56 horas sin electricidad lo que supuso la interrupción de la actividad social y económica en el municipio de Alaior y el resto de la zona centro y levante la isla.
Para Sugrañes “estos hechos han puesto de manifiesto el aislamiento y la vulnerabilidad energética de Menorca, agravada al no estar operativo el enlace submarino con Mallorca, y la ineficacia de las medidas anunciadas en el plan de contingencia y el comité de coordinación entre Ministerio, Govern de les Illes Baleares y Consell Insular de Menorca”. Además, la primera edil lamenta que, “a día de hoy no se tenga constancia de que desde el Gobierno de España se hayan puesto en marcha nuevos y mejorados mecanismos que permitan afrontar con garantías otro fenómeno similar, salvo la anunciada presencia permanente de maquinaria pesada en la isla, lo que sin duda genera entre los vecinos de Alaior en particular y de toda la isla en general desconcierto, desazón y desconfianza en las administraciones”.
La alcaldesa recuerda a la ministra para la Transición Ecológica que el causante de los hechos mencionados fue un “cap de fibló” y que dichos fenómenos meteorológicos no son extraordinariamente anormales en Menorca, más bien al contrario, lo que “unido al diseño en paralelo de las dos líneas de transporte de alta tensión, obligan a contemplar como una posibilidad real que se vuelva a producir una situación como la vivida en cualquier otro punto de la geografía menorquina”.
Al final del texto, Sugrañes pone de manifiesto el irreparable daño que supondría para los menorquines un fenómeno de este tipo en plena temporada turística.