Por el aire que nos falta
por la herida del mar
por ese monte cautivo
está llorando el sol
Hoy Menorca está teñida de gris. Siguiendo la odiosa cadencia de las últimas semanas, los días se suceden tibios y soleados anticipando un verano que está a la vuelta de la esquina, pero el fin de semana el viento y las nubes parecen querer devolvernos al invierno. De gris acerado, blanca, verde o azul, la Isla regala estampas increíbles, siempre bellas, coquetamente mentirosas. Bien encuadrado, cada rincón de su naturaleza agreste y soberbia, oculta las pequeñas miserias: vegetación incontrolada en los bosques, plásticos y microplásticos mancillando arenales y macars, agazapados en el fondo submarino, nitratos contaminando los acuíferos, presión humana por temporadas insostenible…
Porque hemos hecho del cielo
una autopista más
por el bosque desvalido
está llorando el sol
La belleza mentirosa no es exclusiva de Menorca. Piense en un destino turístico, en el actual contexto donde casi cualquier lugar es susceptible de convertirse en tal; piense en un punto del planeta que le llegue a la mente como un emplazamiento singular, extraordinario, mágico y busque una imagen. Ciudad icónica, ruinas de civilización milenaria, desierto, arrecife de coral, cumbre mítica…Cualquier buscador le regalará una miríada de miradas, que, en su preciosismo, esconderán la verdad oculta de cada emplazamiento, hurtándonos la capacidad de comprender lo que estamos viendo.
Por los ríos que agonizan
con el agua sin color
porque huyen las gaviotas
está llorando el sol
Más información, más conocimiento, no parece implicar más comprensión ni una mayor capacidad de respuesta, como demuestra, por ejemplo, la última polémica sobre la mortal presión que sufre el Everest ¿Somos incapaces de conectar la contaminación del aire y de las aguas superficiales y subterráneas, la erosión y la deforestación o la pérdida de biodiversidad con un modelo productivo insostenible y un modelo social en el que todos podemos y queremos ser todo, y de manera simultánea?¿Somos más reacios que capaces para implementar las innovaciones y los cambios que, día a día, se proponen para revertir la insostenibilidad y la prepotencia? ¿O simplemente somos lentos?
Ay, porque el azul del cielo
sólo sale en una postal
y porque la batalla ya ha llegado hasta el mar
y porque después de tanto gritar
se quedó sin voz
por eso está llorando el sol
Lentos, seguro. Los versos que acompañan este “Abrazo de sal”, la melodía que le sirve de fondo, corresponden a la canción “Está llorando el sol”. Es sólo una canción, como tantas otras que ha pretendido denunciar nuestra inconsciencia e ineptitud, un reflejo de la sensibilidad de parte de la ciudadanía y del clamor elevado por multitud de foros, instituciones y organismos de diferente índole sobre la destrucción del planeta. Corría 1991 cuando “Cómplices” lanzó su cuarto álbum al que esta canción dio título y, visto lo visto, podría haberla lanzado hoy mismo. Lloraba el sol hace casi tres décadas, sigue llorando ahora.