Martín, según Nabil Daoud, de la compañía farmacéutica, es uno de los doctores claves en el desarrollo de esta molécula, sobre la que se lleva investigando desde 2002.
El abemaciclib, según Martín, reúne un perfil farmacológico que se acerca al ideal del tratamiento médico porque es “capaz de contribuir a cronificar el cáncer de mama” y consiste en unas simples pastillas “capaces de controlar la enfermedad de una forma nunca vista con anterioridad en las pacientes con tumores hormonales, con muy pocos efectos secundarios y muy bien toleradas”.
Antes, las mujeres con cáncer metastásico de mama recibían como terapia estándar, cuando recaían y tenían metástasis, un tratamiento hormonal que permitía que la enfermedad se controlara durante un año, pero al cabo de ese tiempo no respondían a esa terapia y ofrecían resistencia.