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A las “milocas” les gusta vivir en Menorca

A pesar de ser una especie amenazada

Imagen de una "miloca" que fue tratada en el Centre de Recuperació de Fauna Silvestre de Menorca
Imagen de una "miloca" que fue tratada en el Centre de Recuperació de Fauna Silvestre de Menorca

Pese a que la “miloca” o el alimoche es una especie amenazada, en Menorca el más pequeño de los buitres europeos ha ocupado todos los recursos disponibles para la especie y tiene la densidad de población reproductora más alta de Europa.

El último estudio de seguimiento de la población reproductora del alimoche o buitre pequeño en la Reserva de Biosfera de Menorca, realizado en 2018, estima la población territorial de esta singular ave rapaz en 52 parejas territoriales. Sus parámetros reproductores son buenos, más elevados que en años anteriores, con un 75% de parejas con éxito (número de pollos volados por cada pareja con puesta) y una tasa de productividad de 0,92 (número de pollos volados por cada pareja territorial).

A pesar de ello, el alimoche es una especie amenazada debido a su escaso número de ejemplares. Lo está en todas las escalas, ya que ha sufrido un gran declive poblacional en los últimos 50 años en todos sus territorios. Entre sus principales amenazas son el uso ilegal de veneno, la eliminación de muladares, la caza o la electrocución con líneas eléctricas. En el ámbito nacional está incluida en la categoría de “en peligro” en el Libro Rojo de las aves en España, es considerada “vulnerable” en Baleares, y “en peligro” a escala europea y mundial.

Pero se da una circunstancia especial en Menorca. Los datos sobre su población prácticamente no han variado desde 2004 encontrándose siempre cercana a las 50 parejas. Además, si observamos el histórico de los parámetros reproductores de la especie en la isla, es posible apuntar una ligera tendencia descendente en productividad. Ambos indicadores hacen pensar que la población pueda estar cerca de la saturación en la isla. Es decir, que su población ya no pueda crecer más debido a que la población existente ha copado ya los recursos en la isla, hábitat y alimento principalmente, y la capacidad del territorio para acoger la especie está en su máximo, que cuenta en Menorca con la densidad de población reproductora más alta de Europa. Sin duda es un dato positivo tratándose de una especie amenazada.


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