Las reuniones de los principales líderes del Eurogrupo están marcando el camino de este tema económico, fundamental para entender cómo se tienen que desarrollar muchos proyectos futuros.
Para este fin se busca un acuerdo para establecer qué dimensiones tendrá el denominado Instrumento Presupuestario para la Convergencia y Competitividad en el contexto del próximo marco financiero plurianual. Estos días hemos visto la aprobación de los puntos generales. Pero las negociaciones se tornan más complejas en detalles específicos.
Así, los estados están de acuerdo en que una parte de los fondos deberán salir del presupuesto general de la Unión Europea, pero discrepan sobre si podría complementarse con aportaciones adicionales de los países, tal y como piden Francia y Alemania. Objetivos más elevados implican más dinero y aunque a priori parece que todos asienten, otra cosa es la manera en la que aportarán al cumplimiento de estos presupuestos. En el caso de Menorca, que espera ver cumplido el objetivo de ser territorio pionero en la instauración de energías renovables para la descarbonización en la producción de luz eléctrica, las posiciones de las que parte son prometedoras. Dentro de este contexto, lo que va a hacerlo posible en los plazos previstos sobre el papel es precisamente estos presupuestos de la Unión Europea. Estos días se define si la consecución de proyectos como al que aspira Menorca tendrán una financiación compartida para llevarse a cabo, es decir, si se financia sólo con una parte de Europa y otra del Estado Español.
Paralelamente, otros asuntos monetarios están en juego. Los jefes de Estado y de gobierno han tomado nota del amplio acuerdo sobre la revisión del tratado del Mecanismo Europeo de Estabilidad -el fondo de rescate de la eurozona– y piden a sus ministros seguir trabajando con vistas a tener un paquete completo para diciembre de 2019.