Cuando los trabajadores de la plantación del médico escocés Andrew Turnbull se dieron cuenta de su situación próxima a la esclavitud, lejos de la percepción que tuvieron cuando les contrataron en Menorca, decidieron dar plantón a la empresa y pedir asilo en la cercana población de San Agustín.
Aquella situación, en la que cientos de menorquines fueron a pie a hablar con el gobernador de la provincia para exponer su caso, se interpreta como la probable primera expresión colectiva para reclamar los derechos civiles de las personas como ciudadanos libres. Todo un hito en un país que apenas estaba naciendo.
Si bien es cierto que Florida era territorio británico y que antes de pasar a manos de Estados Unidos aún habría de ser española, hoy los descendientes de aquellos menorquines son ciudadanos de Florida, el último estado que se sumó al territorio de los Estados Unidos.
La WPBT-TV habla de la historia local en relación a los derechos civiles y pone en el foco este asunto a los menorquines que trabajaban en la colonia de Nueva Esmirna.
Allí tenía unos terrenos un médico escocés que contrató en el Mahón del 1768 a más de mil menorquines que fueron con la idea de tener un trabajo que les diera prosperidad. Sin embargo, las muchas dificultades con las que se encontraron y la poco rentabilidad que obtuvo el empresario, convirtió la relación contractual en una relación de esclavitud que mermó a la comunidad menorquina. Frente a esta situación, los isleños hicieron piña para afrontar la situación y encontraron ayuda en la justicia de la vecina San Agustín y, en concreto, en el Gobernador de la provincia, que no tenía una buena opinión de lo que hacía el empresario Turnbull en Nueva Esmirna.
La marcha de huída de la colonia para recorrer las 72 millas que separan ambos puntos, caminando día y noche, supuso un hito que se recordaría mucho tiempo después y que ahora se pone como ejemplo de la capacidad de una comunidad para, juntos, reclamar sus derechos para hacer justicia.