En la isla más oriental de Baleares “impera un modo de vida reposado, casi en sincronía con el vaivén que marcan las olas del mar”. Así presentan Menorca desde la revista Elle en un pequeño reportaje en el que recomiendan al visitante a pasear por la isla, los centros históricos de los pueblos, la gastronomía, el Camí de Cavalls, los faros,…. un gran recorrido porque “la calma hecha costa –y qué 216 kilómetros de costa– da para algo más de un centenar de playas y calas”.
Al final del artículo esta publicación de moda y belleza pregunta a sus lectores si creen que la isla es la nueva Formentera: “en Menorca resisten muchas huellas de lo que un día fue, como sus más de 1.500 yacimientos talayóticos (II milenio a.C.) o las trazas de los más de 70 años bajo dominio británico durante el siglo XVII. Mientras, lo que entendemos como un paraíso para el turista es realmente un modo de vida para el local. Y es que pocas cosas son tan espontáneamente mediterráneas como esta Reserva de la Biosfera donde siempre merece la pena pararse a contemplar; a respirar. Hay quien la considera la nueva Formentera, por ese punto exclusivo en alza y por sus playas paradisíacas, que funcionan como refugio para quienes están saturados de tanta península. Sea como sea, esta isla es una de esas joyas nacionales que da para tantas escapadas diferentes como permita el bolsillo“.