Ya es oficial: En un verano caluroso como este se está mejor en el agua. Y si cada año tiene que subir la temperatura, mejor estaremos si podemos chapotear en la piscina. Por eso te brindamos algunas ideas para que tu piscina funcione como toca, sin sorpresas inesperadas.
Para empezar te diremos que hay muchos tipos de piscina.
Los más habituales, según su sistema de depuración de agua, son el clásico de cloración con dosificación manual o la de cloración salina. En el primer caso debemos tener en cuenta una serie de variables y mantenerlas dentro de los parámetros correctos. Es tan fácil como seguir un control rutinario y no es preciso tener un curso ni un carnet para hacerlo a nivel particular, pero tampoco podemos descuidarnos. Eso provocaría riesgos en la calidad del estado del agua y podría repercutir en la salud de los que se bañen en esa agua.
El sistema de cloración salina precisa menos mantenimiento, aunque la inversión inical es más elevada.
Pero, ¿qué tenemos que controlar en la piscina?
Por un lado está la salubridad o lo limpia que está el agua. Eso se controla con una correcta dosificación de cloro disuelto en el agua.
El cloro es el principal desinfectante utilizado en el mantenimiento de la piscina. Lo que hace básicamente es eliminar mediante oxidación las bacterias y otras materias orgánicas existentes en el agua. Al añadir el cloro al agua se produce una reacción química que nos dará el ácido hipocloroso, que es el producto realmente desinfectante. A la hora de medir la concentración de cloro es importante distinguir entre las diferentes formas activas del cloro presentes en el agua ya que no todas son igual de beneficiosas para la desinfección:
Los medidores de cloro suelen medir:
1. El cloro total. Mide la concentración total de cloro tanto en su forma desinfectante como en su forma degradada. Por sí misma, no es una medida de gran utilidad. En todo caso, en condiciones normales de correcto funcionamiento, debería tener un valor alrededor de 1,5 ppm (partes por millón).
2. El cloro libre. Mide la concentración del cloro útil, funcionando correctamente, en condiciones normales de pH. Debería estar entre 1,0 y 2,0 ppm (partes por millón)
3. El cloro residual o combinado. Mide la concentración de las cloroaminas, es decir, la parte del cloro que ya no hace efecto desinfectante. Su valor máximo debería ser 0,2 ppm (partes por millón).
La suma de cloro libre más cloro residual es el cloro total. Algunos aparatos miden el cloro total y uno de los otros dos. Por diferencia, obtendríamos el tercero.
El otro elemento fundamental es el nivel de ph. Es un valor que indica si una sustancia es ácida o básica. En el caso del agua de piscina el pH debe oscilar entre valores de 7,2 y 7,6. Cuando se altera y no corresponde a estos valores puede producir problemas como enturbiar el agua, disminuir el poder desinfectante de productos clorados o irritaciones a los bañistas, es decir, que es uno de los parámetros del agua que no hay que descuidar.
Si tenemos el nivel pH alto debemos bajarlo con un Minorador de pH (granulado o líquido) en la dosificación indicada en el producto.
Si tenemos un nivel pH bajo debemos subirlo con un Incrementador de pH (granulado o líquido) en la dosificación indicada en el producto.
Quizás no sepas que mucho sol, o el uso continuado de la piscina con mucha gente que usa cremas solares grasas que entran y salen de la piscina, repercute en la calidad del agua de la piscina. Incluso le afecta una mayor cantidad de radiación solar o una temperatura mayor del agua.
El cloro en pastillas lleva un estabilizante que es el ácido isocianúrico. Es un estabilizador del cloro que aumenta su permanencia frente a la radiación solar, pero que se acumula en el agua disminuyendo la capacidad desinfectante del cloro. Por lo que, en tratamientos de cloración, es muy importante controlar su concentración ya que puede provocar que el cloro que se añada a la piscina sea totalmente inútil. Por otro lado la única forma de eliminar el ácido cianúrico es renovar el agua. Se recomienda que los niveles de ácido cianúrico no superen las 75 ppm (partes por millón)
Aún hay otros factores que entran en juego. En Menorca el agua procede de la red y ésta lleva una presencia de ciertos elementos que la llevan a considerarla de alta dureza, lo que significa que provoca la calcificación de los circuitos por los que pasa, igual que si fuera una cafetera, una lavadora o un hervidor de agua. Por lo tanto, conviene usar productos antical también para alargar la vida de los aparatos. La proporción debe considerarse también en relación al uso del agua y debe ser controlada por un profesional, como el uso de cualquier producto químico en agua de “consumo”.
Los aparatos deben revisarse periódicamente para garantizar su buen uso. También es necesario ir cambiando cada cierto tiempo los sistemas de filtrado (arenas).
El gran consejo siempre es recurrir a un profesional acreditado para tener garantizada una piscina en perfecto uso.