No me lo imagino a usted yendo de copas con Negueruela tras un Consell de Govern…
Estoy seguro de que va a haber discusión política en los Consells de Govern, sin duda que sí. Hemos llegado a un acuerdo programático, pero es cierto que cada uno de los partidos tiene sus políticas esenciales a desarrollar. En cuanto al tema de las copas, lo evitaremos —sonríe—, porque hace mucho tiempo que no tomo copas, para cuidar mi salud. Con lo cual, evitada la ocasión, evitado el peligro.
¿Le molesta que los periodistas digamos que Negueruela es el “vicepresidente en la sombra”?
Lo único que me provocaría un serio desasosiego sería que lo que se ha pactado no sea lo que realmente se va a llevar a cabo, pero tengo una absoluta confianza en que se va a cumplir lo acordado. En este caso concreto por el que pregunta, sólo le puedo decir que el vicepresidente del Govern es Juan Pedro Yllanes, representante de Unidas Podemos, que además de eso es también conseller de Transición Energética y Sectores Productivos. Dicho esto, cada uno se ocupará de las materias propias de su consejería y yo ejerceré las labores que tenga reconocida la Vicepresidencia.
Armengol ha afirmado que la entrada de Podemos en el Govern le produce “tranquilidad y sosiego”. ¿Es un sentimiento recíproco?
Creo que hemos llegado a un buen acuerdo de gobierno y que lo que hemos conseguido es que este Govern tenga durante cuatro años una base parlamentaria amplia, lo cual lo dota de estabilidad. No hemos ocultado que estamos seguros de que va a ser cómodo trabajar con Francina Armengol como presidenta del Govern, que además es la consecuencia lógica del resultado electoral del pasado 26-M. Valoramos positivamente que Armengol se sienta tranquila con la entrada de Podemos en el Govern.
Valoramos positivamente que Armengol se sienta tranquila con la entrada de Podemos en el Govern
Cuando hablamos de transición energética, ¿de qué hablamos?
Hablamos de reducir la dependencia de los combustibles fósiles y de favorecer que la producción energética en Baleares proceda cada vez más de fuentes limpias de energía renovable. Por lo tanto, es una apuesta por garantizar el medio ambiente en el Archipiélago, pero también por combatir los efectos del cambio climático que ya tenemos encima. Si lo pudiéramos resumir con un solo dato, diría que el objetivo es que en el año 2030 el 35 por cien de la energía que se produzca en Baleares proceda de fuentes limpias y renovables.
¿Cuáles son los compromisos inmediatos de su departamento en ese sentido?
Hay un compromiso de cerrar dos unidades de la central térmica de Es Murterar en 2020, algo que habrá que hacer viable. Otro reto es que todas las instituciones públicas de la Comunidad apostarán por la instalación de paneles fotovoltaicos, de tal manera que podamos hablar de eficiencia energética y de energías limpias. En ese sentido, hay que recordar que se ha aprobado recientemente la instalación de paneles fotovoltaicos en las instalaciones del aparcamiento del puerto de Ciutadella. Eso significa que en un futuro inmediato Menorca va a tener un 20 por cien de la energía consumida procedente de fuentes renovables.
¿Por qué el pacto que ha sido posible en Baleares no se vislumbra igualmente para elegir al presidente del Gobierno?
Lo deseable sería que el ejemplo que hemos dado en muchas comunidades autónomas, tuviese también reflejo a nivel estatal, pero es cierto que llegar a compromisos a nivel de todo el Estado presenta un grado de dificultad mayor que llegar a compromisos en las comunidades autónomas. Ello se debe, esencialmente, a que hay un mayor conocimiento de quienes ejercitan o desarrollan la política en las comunidades autónomas, en donde quizás hay además un menor recelo a la hora de pactar con quien puede ser tu coaligado en el Govern. Yo creo que es una mala noticia que en Madrid no se llegue a una solución como la que se ha llegado aquí en Baleares.
El objetivo es que en el año 2030 el 35 por cien de la energía que se produzca en Baleares proceda de fuentes limpias y renovables
¿Las disputas internas cíclicas que hay en todos los partidos no deberían ser evitables?
Eso sería lo deseable, sí, pero también es cierto que lo natural dentro de cualquier colectivo humano es que haya diferentes formas de pensar y discrepancias. Por lo tanto, hay que aceptar como natural en el funcionamiento de los partidos políticos ese tipo de disputas. Creo que es inevitable que haya opiniones diferentes y corrientes distintas. Es algo que forma parte de la propia esencia de los partidos políticos. Pero no sólo aquí, en España. Mire, por ejemplo, el jaleo que tienen en el Partido Conservador de Gran Bretaña con el tema del Brexit y la sucesión de Theresa May. En definitiva, creo que forma parte del ADN de los partidos el hecho de que cíclicamente haya discrepancias.
¿Cree que será posible llegar a acuerdos con la oposición en Baleares?
Creo que será así, sí. Hay cuestiones que nos afectan a todos en que lo deseable sería que haya consenso entre el gobierno y la oposición para aprobarlas. Serían lo que podríamos denominar como Pactos de Comunidad, equivalentes a los Pactos de Estado. En ese sentido, estoy absolutamente seguro de que cuando se abra el debate de la financiación, la mayoría de partidos iremos al unísono para lograr la mejor financiación para Baleares, salvo los partidos que no creen en el estado autonómico. Por lo tanto, estoy convencido de que hay materias en donde gobierno y oposición nos pondremos de acuerdo durante esta legislatura.
¿Qué ha cambiado entre el Yllanes candidato y el Yllanes hoy vicepresidente del Govern?
Lo que hay ahora es una mayor exigencia y una mayor asunción de responsabilidad. Aquí ya estamos hablando de tareas de gestión y de gobierno. Si estoy sentado ahora aquí como vicepresidente del Govern y conseller es porque ha habido un acuerdo entre tres partidos diferentes para garantizar la gobernabilidad de la Comunidad. Y lógicamente, como en toda negociación política, uno acaba abandonando cuestiones que había defendido a rajatabla y acepta otras planteadas por los otros partidos. Lo que no ha variado, en cambio, es que antes como candidato y hoy como vicepresidente pienso que es muy importante tener siempre los pies en la tierra.
Estoy convencido de que hay materias en donde gobierno y oposición nos pondremos de acuerdo durante esta legislatura
En los estantes que hay en la entrada del edificio he visto aún muchas carpetas vacías, ¿eso es bueno o es malo?
Ya verá como esas carpetas poco a poco se irán llenando —sonríe de nuevo—, pues ya sabe que esta es una consejería nueva, que se nutre de antiguas competencias de otras consejerías. Seguramente, si ahora usted fuera a Educación, Sanidad o Presidencia, se encontraría con que las carpetas de cada una de esas consejerías están llenas. Desde Transición Energética, lo primero que tenemos que hacer ahora es cerrar acuerdos sobre el personal que vamos a tener y a partir de ahí la consejería empezará a funcionar. Estoy seguro de que la próxima vez que venga usted, las carpetas estarán repletas de documentos, demostrando que la consejería funciona como toca.
Usted es un buen aficionado al cine y al teatro. ¿En qué género encuadraría hoy la política española?
Diría que la política española participa hoy de todos los géneros. Es evidente que muchas veces tiene trazos de comedia, pero otras muchas no deja de ser un drama y puede llegar a convertirse en una tragedia. Yo creo que la llegada de determinados grupos, tanto al Parlamento balear como al Congreso, participa de la condición de tragedia. Por otra parte, también es cierto que la política española se convierte a veces, lamentablemente, en una ópera bufa. Yo creo que deberíamos conseguir que la política participase esencialmente del realismo, pero no del realismo mágico sudamericano o del neorrealismo italiano, sino simplemente del realismo. O sea, que la política fuese capaz de diagnosticar cuáles son los problemas de la sociedad y de aportar soluciones reales. Aun así, me temo que durante esta legislatura pasaremos por todos los géneros.
Pensando en su propia experiencia personal, ¿qué prefiere, el poder ejecutivo, el legislativo o el judicial?
Mi zona de confort es el poder judicial, pues he estado 27 años de servicio activo en el poder judicial. Por lo que respecta al legislativo, es enormemente interesante, porque es un poder en el que se ve que uno puede llegar a acuerdos con personas o partidos políticos que ideológicamente no tienen nada que ver con uno mismo. Y en cuanto al poder ejecutivo, diría que es trabajo, trabajo y trabajo. En ese sentido, debe garantizar que las leyes no se queden simplemente en textos legislativos inaplicados. Como sabe, yo apenas tengo aún experiencia en el poder ejecutivo, pues acabo de empezar en él, pero estoy seguro de que es aquí donde de verdad se le cambia la vida a la gente.