El desarrollo de la autonomía es un objetivo prioritario en la educación de un niño. Esto le permitirá ser capaz de realizar por sí mismo distintas actividades propias de su edad y su entorno socio cultural. Por el contrario, los niños dependientes generalmente tienen problemas de aprendizaje y de relación con los demás, no tienen iniciativa y siempre necesitarán ayuda cotidiana.
En este sentido, es importante fomentar su independencia. Para ello, cabe destacar que el aprendizaje de la autonomía depende de dos factores: el ritmo madurativo del niño, que consta de la capacidad progresiva ya que no todos los niños se desarrollan de la misma forma, y la educación recibida de sus padres, siendo el factor más importante y un componente que se puede controlar.
Los niños necesitan hacer de manera independiente el mayor número de actividades realizadas por sí mismos y estos no deben exponerlos a peligros. Las actividades que se engloban en hábitos de autonomía son importantes en su desarrollo, tales como vestirse, comer, su higiene y vida social.
Consejos básicos para fomentar la autonomía
Conseguir que un niño sea autónomo es un proceso donde los padres deben estar involucrados para apoyarlos y orientarlos. Gracias a esto los niños sentirán la seguridad necesaria para aprender a tomar decisiones por sí solos.
Evita acelerar el ritmo: se puede fomentar la autonomía en los niños desde bebés. Sin embargo, esto requiere de un aprendizaje progresivo. Es contraproducente exigir que un niño haga cosas por sí solo sin haber alcanzado el grado de madurez adecuado para realizar las actividades que se le piden.
Actualmente, una de las tendencias más importantes para trabajar con esto es el método Montessori. El objetivo principal de esta corriente educativa es constituir una crianza centrada en fomentar la autonomía y la independencia de los más pequeños.
Cuando son pequeños, los niños recorren el hogar gateando, ya que les permite aumentar su curiosidad y capacidad de identificar cosas de su entorno. Por lo tanto, los padres deben adecuar zonas que cumplan estas necesidades, sin exponerlos a peligros.
Afortunadamente, en el mercado podemos encontrar artículos que siguen la línea del pensamiento Montessori. Por ejemplo, diferentes dispositivos para ayudar en la crianza efectiva de los más pequeños como juguetes, mochilas, mapamundis y otros elementos para ayudarles en su desarrollo.
Cuando son más grandes, se puede recurrir a elementos para desarrollar su potencial. Existen los juguetes Montessori friendly, que tienen una serie de características comunes que permiten desarrollar sus habilidades y capacidades, más allá de brindar solo entretenimiento. Estos permiten trabajar un sentido o una actividad que les aporten experiencias y sensaciones. Para María Montessori, creadora del sistema, no existen juguetes como tal, sino materiales para jugar y aprender.
Evitar hacer todo por ellos: la sobreprotección limita las habilidades de los niños, ya que no les da opción a equivocarse ni aprender de sus propios errores. Se debe enseñar a los niños que la comunicación es fundamental, de esta manera, comete un error tendrá la confianza necesaria de manifestar sus deseos y solucionar las cosas por sí mismo, pero estableciendo límites claros y lógicos.
Posteriormente, el niño debe sentir el apoyo y el interés de los adultos de su entorno a medida que van evolucionando sus capacidades de resolver problemas. Por el contrario, cuando el niño cometa errores y no avance, los adultos deben enseñar a tolerar su frustración y entender que mediante el esfuerzo y los fallos se aprende mejor.
