Dicen que para apreciar un producto no hay nada como probarlo. La empresa Aquanaria junto con la empresa menorquina de distribución alimentaria J J Carreras han organizado unas Jornadas de lubina en 16 restaurantes de la isla y hasta el 22 de septiembre.
Las características de este pescado son bien conocidas y apreciadas en la mesa. Las recetas que permite este tipo de pescado son múltiples. La gran diferencia que marca este producto ahora es el propio origen de su crianza que, en lugar de ser criado en piscinas con poco espacio y alimentos procesados, tiene un amplio espacio donde vivir en la misma costa atlántica de Canarias, con amplios espacios donde nadar (y desarrollar de manera natural sus características morfológicas) con alimento natural.
El resultado de estas condiciones en las que crece la lubina de Aquanaria se nota en el momento de llegar a la cocina. En una lubina criada así se aprecian mejores sabores, nada de artificios de engorde, más calidad y salud para los comensales.
Aquanaria es la empresa decana en la crianza de pescado, aunque en los últimos años ha girado su rumbo para especializarse en este tipo de pez. En otros lugares, la crianza de lubina se extiende -sobre todo- en muchos países mediterráneos. Los centros de reproducción producen huevos y larvas a partir de individuos reproductores en condiciones muy controladas.
Cada hembra puede llegar a poner hasta 250.000 huevos por kilo de peso. El desove es espontáneo o inducido y toda la puesta es expulsada en sólo dos o tres días. Durante su primer mes de vida se alimentan de organismos vivos. Al finalizar este mes se les comienza a destetar, y progresivamente inician una alimentación a base de piensos secos.
El origen de estos piensos procesados marcan el engorde de las piezas y su sabor. Aquí es donde Aquanaria trabaja para ofrecer otro tipo de alimentación más sana y natural para los individuos que nadan en el propio mar y no es piscinas con espacio limitado. En otras empresas lo habitual es que las instalaciones de engorde esten compuestas de jaulas, tanques de hormigón o estanques de tierra. En todos aquellos se alimenta a las lubinas con piensos fabricados a partir de harinas y aceite de pescado. Cada lubina tarda entre 24 y treinta meses en alcanzar 400 g desde que eclosiona el huevo.
La talla comercial abarca desde los 180 gramos hasta más de 1.500 gramos, momento en el que ya se puede comercializar. Aquanaria destaca que sus lubinas, además de ser más sanas por como es el proceso de cría, resultan mejor en el plato. Y eso es lo que se podrá comprobar hasta el 22 de septiembre. La lista de los restaurantes participantes así como los platos propuestos se puede consultar aquí: exquisitamenorca.com