La seguridad ante todo. Pero también la rapidez en las operaciones monetarias que se realizan por internet. El reto que tenían los legisladores era buscar la manera de conseguir ambas cosas.
Ahora, pese a la entrada en vigor, hay una moratoria que deben aprovechar las entidades bancarias para tener a disposición de sus sistemas y clientes las herramientas que permitan usar cualquier tipo de transacción comercial con seguridad.
La novedad estriba en una autentificación del usuario reforzada con varios puntos. Por un lado con elementos que reconozcan al usuario tales como la huella dactilar o otros nuevos sistemas de biometría, reconocimiento de voz o facial.
Por otro lado aportando algo que se supone que sólo conoce el usuario, como una contraseña y finalmente algo que solo tiene el usuario, tal como una tarjeta de códigos o el propio teléfono móvil.
La utilización de las pasarela de pagos con la aplicación de la nueva norma interesa en particular a las empresas que, como en el caso de Menorca, trabajan mucho con este sistema. Entiéndase el sector hotelero que gestiona un gran número de reservas via telemática.