Médicos del Mundo ha lanzado la campaña “Hablan los puteros”, dirigida a los hombres que nunca han pagado por mantener relaciones sexuales, pero que callan cuando sus amigos presumen de recurrir a la prostitución, y que busca concienciarles para que les avergüencen.
El objetivo de la campaña es romper con la normalización del sexo de pago, sobre todo entre los jóvenes, y la entidad la ha lanzado con motivo del Día Internacional contra la Explotación Sexual y la Trata de Personas, que se celebra el 23 de septiembre, ha informado en un comunicado.
La vicepresidenta de Médicos del Mundo, Celsa Andrés, explica que la intención es romper el silencio en torno al uso de la prostitución: “Pedimos a los entornos familiares y sociales de los puteros que no miren para otro lado, que dejen de reírles la gracia, que den un paso más y avergüencen a quien explota a las mujeres. Y es urgente hacerlo porque el 34 % de los varones no cree que la prostitución sea una forma de violencia”.
La campaña utiliza frases reales, extraídas de blogs y foros en los que los hombres que pagan por sexo y hablan en términos despectivos de las mujeres, tratándolas como mercancía, como la de Luis, un estudiante de 23 años “Un francés completo, por favor. Con anal después”.
“No podemos transmitir la idea de que la prostitución es un trabajo cualquiera y que ir a un burdel es como ir al supermercado. No podemos normalizar lo que es explotación y a menudo, trata de personas”, reclama Andrés.
Según Médicos del Mundo, en España, el consumo de prostitución está creciendo en el tramo de edad entre 18 y 25 años y se da por hecho en contextos como las despedidas de soltero o las celebraciones deportivas. España es el primer consumidor de prostitución de Europa y tercero del mundo es una práctica aceptada socialmente y asociada con el concepto tradicional de hombría y con las supuestas necesidades fisiológicas masculinas.
La entidad califica los efectos de la prostitución en la salud de las mujeres como “devastadores”, ya que entre el 80 y el 95 % de las personas en situación de prostitución ha sufrido alguna forma de violencia antes de empezar a ejercerla (violación, incesto, pedofilia) y el 62 % declara haber sufrido una violación.
Las secuelas físicas van desde enfermedades de transmisión sexual a las consecuencias de la violencia física (agresiones sexuales, golpes) y psicológica (amenazas, humillaciones, insultos), que implican el desarrollo de cuadros de ansiedad, angustia y depresión. El 68 % sufre trastornos de estrés postraumático, un porcentaje similar al de las víctimas de tortura.