“El final del verano es siempre una buena excusa para animarse con una escapada tranquila y en modo slowlife a la isla más calmada y plácida de las Baleares. Nos referimos a Menorca…” así comienza el artículo publicado por la revista de viajes Traveler titulado “El verano se acaba, pero siempre nos quedará Menorca”.
La autora, Estefanía Ruilope, ofrece una guía con 7 “paradas esenciales para echar el cierre a la temporada estival”.
Las dos primeras nos llevan a la gastronomía. El artículo recomienda probar la caldereta de langosta y conocer otros elementos de la cultura gastronómica de Menorca visitando la fábrica de gin Xoriguer “elaborada artesanalmente, siguiendo viejas técnicas en las que la mano del hombre y la paciencia son parte esencial del proceso”.
No podía faltar la recomendación de disfrutar de una puesta de sol, un paseo por los viñedos y un baño de despedida “y es que nadie se puede ir de la isla sin darse un último remojón en alguna de sus cristalinas playas o calas. No hace falta destacar ninguna, puede ser Macarella, Tortuga, Mitjana o Son Bou; todas, a su manera, tienen un encanto especial”.