Que haya un enderrosall en una pared no tiene nada de particular. Los hay a cientos por la geografía insular. Las paredes viejas ceden ante el paso del tiempo, por la fuerza de las raíces de un arbusto o por la acción del hombre. Sin embargo, el boquete que aparece en la foto tiene algunos elementos que lo hacen especialmente peligroso. Tras la falta de pared hay un desnivel. Al estar en una curva es más fácil que la inercia de la conducción lleven a un vehículo hasta esa zona. Un coche no chocaría con la pared, simplemente caería por el agujero.
Está en un camino secundario, sí, pero que conduce a dos institutos de educación secundaria en Maó, que es lo mismo que decir que pasan centenares de alumnos a pie y otros tanto en circulando con otros vehículos cada día.
Antes de que empezaran las clases ya existía este derrumbe e incluso se pusieron señalizaciones alertando de su presencia. Hoy no hay nada que prevenga del peligro y nadie se ha puesto a trabajar para remediarlo.