El sindicato UGT se pronuncia sobre la oferta de inversión para reflotar Quesería Menorquina. Pero el agente social lo hace con ilusión, pero al mismo tiempo con escepticismo. En un comunicado, UGT Menorca asegura que “acoge con esperanza la entrada de nuevo capital, que nos permita una mayor competitividad, modernización y solvencia. Pero no puede estar satisfecha con las exigencias demandadas de nuevo por la dirección de la empresa junto con los posibles inversores”.
Ante el ultimátum dado por la directiva de la empresa para que los trabajadores acepten esta inversión a ciegas asumiendo también nuevos recortes este viernes, UGT pide a todas las partes que se den más tiempo para negociar. “Desearíamos no volver a caer en los mismos errores de antaño, por la premura en la exigencia de tomar decisiones, démonos todas las partes un tiempo prudencial para decidir entre todos el mejor camino para una empresa tan significativa en Baleares.”
Los cuatro representantes de UGT en el comité de empresa señalan que “Por responsabilidad y porque no decirlo, por cariño y arraigo en una empresa en la mucha gente ha pasado gran parte de su vida, debemos valorar positivamente la entrada de nuevo capital y esta nueva etapa que se nos plantea.”
Pero también piden una mayor vigilancia por parte de las administraciones, sobre todo después de episodios como el apoyo que brindaron a la venta de la fábrica a Nueva Rumasa con el fatal desenlace o el intento de adquisición por parte de Quesería Ibérica que tampoco acabó demasiado bien. En este sentido hacen “una llamada de atención a nuestros representantes políticos, de sus decisiones pasadas, avalando operaciones como la Nueva Rumasa, han acontecido todas estas pérdidas de condiciones, sería de agradecer su vigilancia más estrecha, para no volver a repetir los mismos errores, por lo que les solicitamos su implicación en el nuevo proyecto de Quesería Menorquina.”
Desde UGT recuerdan que para erradicar buena parte de la deuda tras la descapitalización perpetrada por Nueva Rumasa los trabajadores más antiguos llevan 10 años con una rebaja de más del 20% menos del sueldo y los que han entrado después lo hacen con otras condiciones. Todo ello se ha juntado con una buena labor comercial que les ha permitido eliminar sanear parte de las cuentas.
