Igual que el pastor acompaña y dirige al rebaño de manera cotidiana, el proyecto Mellisphera quiere ofrecer gracias a la tecnología, la recogida de datos diarios que explica al apicultor cómo se desarrolla la vida de las abejas dentro de la colmena. Hasta la fecha el profesional del mundo de las abejas mantenía un contacto mucho más espaciado en el tiempo para que las propias abejas no fueran molestadas en su labor de fabricar la miel y los productos que ofrecen.
Pero a lo largo de los últimos tiempos en todo el mundo, las abejas se han visto amenazadas por varios factores que ponen en peligro su subsistencia. Otras especies invasoras que las depredan, más enfermedades que acaban con su desarrollo.
Una mejor prevención actuando en el momento preciso ayudaría a que no se perdieran tantos individuos, a veces comunidades enteras. Por eso el proyecto Mellisphera ha ideado un sistema de monitorización que ofrece datos concretos de la temperatura, estado y condición de salud de las abejas en el entorno de su casa. Eso permite que cuando hay síntomas de que algo no va bien, se puede actuar a tiempo.
Según estadísticas de Greenpeace, en Estados Unidos, las desapariciones de abejas llegaron al 42% entre abril de 2014 y abril de 2015. Estos insectos son los agentes polinizadores más relevantes del ecosistema. La aportación principal de las abejas sobre la faz de la tierra es la polinización, algo que es de vital importancia para el desarrollo de la agricultura y, por tanto, de la alimentación humana.
De cada 10 cosas que comemos, al menos cinco han tenido acción directa de las abejas en un 75 u 80 %. Llorenç Pons, de Mellisphera, ha explicado que en Menorca la apicultura no puede ir haciendo una transhumancia de las colmenas por las evidentes limitaciones geográficas, con lo que sus problemas/soluciones son otras diferentes a las que se aplican en el continente.
Mellisphera será uno de los proyectos que se presentan en la feria Innovem Fest que se ofrece en viernes 22 en Es Mercadal.