Los centros educativos de las Illes Balears en su conjunto han acumulado desde hace años más de 20 millones de euros de remanentes, es decir, dinero que tienen en sus cuentas y que no se han gastado. Por esto, la Conselleria balear de Educación decidió modificar sus aportaciones a los centros escolares públicos durante 2020, medida que no fue bien recibida por los centros.
Para tratar sobre estos remanentes económicos e intentar consensuar una vía que permita reducir los remanentes de los centros y encontrar una solución satisfactoria para todo el mundo a corto y medio plazo este lunes los directores de los centros educativos públicos de Menorca se reúnen con el conseller balear de Eduación, Martí March, en el Centre Bit de Alaior.
March ha manifestado que “lo que queremos es poner unas bases mejores para la gestión de centros” porque “no es sostenible presupuestariamente que haya centros con mucho remanente y que éste se vaya incrementado año tras año”. Por lo que propone “acordar con los centros qué remanentes se tienen que tener, queremos pactar unas reglas del juego y que este dinero se utilice para mejorar las infraestructuras y servicios de los centros”.