Kirk Douglas, una de las últimas grandes estrellas del Hollywood clásico, ha muerto esta pasada madrugada a los 103 años de edad.
El fallecimiento del legendario actor, que encarnó a “Espartaco”, ha sido confirmado por su hijo Michael.
“Para el mundo es una leyenda, un actor de la época dorada del cine, un filántropo comprometido con la justicia y con las causas en las que creía, pero para mí, para Joel y para Peter era sencillamente papá”.
Tras debutar en Hollywood en 1946, rodó un gran número de películas, a pesar de que solo logró un Óscar durante su dilatada carrera como actor.
Nació un 9 de diciembre de 1916 en el Ámsterdam americano, en el estado de Nueva York. Hijo de un trapero, origen que enarboló con orgullo y tituló su autobiografía ‘The ragman’s son’.
Su nombre real era Issur Danielovitch Demsky. Como era habitual en ese Hollywood emergente, creador de estrellas míticas, optó por un nombre artístico para triunfar, y lo consiguió a lo grande. Kirk Douglas se convirtió en un ídolo admirado en medio mundo. Trabajó con los más grandes, tanto delante como detrás de las cámaras firmando papeles eternos como ‘Espartaco’, aunque el premio Oscar se le resistió y únicamente pudo hacerse con él como reconocimiento honorífico en 1996.
Su vida ha sido larga e intensa. Más de un siglo en el que saboreó la gloria y también tuvo que luchar contra las adversidades. Se creó en un gueto pobre, pero no dejó que eso le frenase. Era buen estudiante y deportista. La lucha libre le ayudó a pagarse los estudios y a formarse, sin duda, para dar vida a ese esclavo que tantas alegrías le daría en la gran pantalla.