Shinga entra en el despacho con ímpetu. Lo olisquea todo, va de un lado a otro y pone patas arriba unas carpetas. Miguel Ángel le llama y la perra, obediente, vuelve a su lado al instante. Se sienta a su vera y él le acaricia la cabeza con cariño. Sus miradas expresan el vínculo, único e irrompible, que hay entre ellos. “Son animales muy especiales”, afirma el cabo primero Miguel Ángel Homar, miembro del servicio cinológico de la Guardia Civil de Baleares.
Shinga, Maya, Emir, Suco, Ronin, Coco, Malcon, Tequila, Sombra, Dakota, Félix… Son algunos de los perros adiestrados que la Guardia Civil dispone en Baleares para búsqueda de personas, explosivos, drogas y dinero. Agentes de cuatro patas, con número de identificación propio y destacados currículums. Han participado, por ejemplo, en la riada de Sant Llorenç, en la búsqueda del barranquista desaparecido, en la detección de importantes cantidades de droga o de billetes en operaciones variopintas. No paran.
Mallorca concentra la mayor parte de los canes, 19 en total, y dispone de las principales especialidades a diferencia de Ibiza y Menorca que sólo cuentan con perros de drogas y explosivos. Por ello, ante un requerimiento en otra isla, un guía se desplaza con su perro desde Palma. “Funcionamos en tándem. La clave es crear el vínculo entre nosotros, una relación fuerte. Cuando lo consigues, el animal te lo da todo”, indica el guardia civil a mallorcadiario.com
El contacto y entrenamiento es diario y constante, de ahí la relación tan especial. “Que nadie se piense que son perros de trabajo sin más. Nosotros los consideramos parte de nuestra familia“. Lo cuenta sin dejar acariciar a la perra en el morro y el lomo.
Hace tres años, un compañero fuera de turno decidió sacar a pasear a sus perros que aguardaban en el puerto de Palma para un servicio al día siguiente. Al llgar se encontró a una de ellas mordiéndose el flanco izquierdo. Rápidamente avisó a la central en Madrid y le autorizaron a llevarla a la Clínica Canis, en Palma, con quien la Benemérita mantiene un convenio de colaboración. Le intervinieron de urgencia por una torsión de estómago y le salvaron la vida. “Y todo porque él la visitó en su tarde libre, si no probablemente el animal hubiese muerto”. Cuando se trata de sus animales no entienden de horarios.
PERROS ENVIADOS DESDE MADRID O ‘FICHADOS’ TRAS SER CEDIDOS
Existen dos vías para la asignación de estos perros en Baleares. Por un lado, el envío desde Madrid de un can ya adiestrado después de que la Comandacia registre una baja repentina.
Por otro, el “fichaje” del animal por parte de los guías. “Nos ofrecen perros, normalmente cachorros. Los incorporamos al ‘Plan Aurora’ de la Guardia Civil, que cubre los gastos de manutención y los cuidados veterinarios, y poco a poco los vamos preparando para el exámen de Madrid, una prueba difícil y exigente que decide el futuro del animal en el Instituto Armado.
Si pasa la prueba, manos a la obra. Entrenamientos, juegos, ejercicios… Días y años moldeando a los animales para perfeccionar su labor y que sean los mejores en lo suyo. “Hay mucho en juego, aunque para ellos sólo sea un juego”.
La vida operativa del perro depende de cada animal y también de la especialidad. Los de búsqueda de desaparecidos, por ejemplo, realizan un trabajo físico mucho mayor que los de drogas o explosivos, por ello suelen retirarse a los seis-siete años.
DROGAS, ADIÓS LEYENDAS
Y es que la Unidad Canina es, de largo, una de las más queridas por la ciudadanía, especialmente por los niños. En cada visita a centros escolares de Mallorca, los agentes realizan demostraciones y reparten carnets de los perros con su nombre, foto, raza y especialidad. Los críos enloquecen.
Sin embargo, ellos tampoco se libran de rumorología y leyendas negras. Una de las más extendidas es la de que a los perros detectores de estupefacientes se les suministra droga para que la encuentren por puro ‘mono’. “Eso es radicalmente falso”, dice Homar. “Sería una barbaridad, ningún guía canino quiere hacerle daño a su animal, además de que el perro moriría al instante”.
Lo que se hace es dar a conocer el olor de la droga al animal para que, por asociación, la detecte en el lugar que se investiga. Y no cualquier droga ni de cualquier manera. “Funcionamos regidos por una instrucción central del año 2012 que determina unas cantidades y unos protocolos para el adiestramiento”.
El procedimiento es el siguiente: la Guardia solicita mediente un oficio a Sanidad la droga. En base a las partidas disponibles le pide al Juzgado una cantidad determinada. Si el juez lo autoriza, se determina una adjudicación de gramos. Sanidad analiza la droga, su grado de pureza y la pesa. “Y eso es exactamente lo que devolvemos al cabo de un año. Ni un gramo más ni un gramo menos”.
En Baleares, gracias al trabajo de estos perros el año pasado se detuvieron a 19 personas por intentar introducir estupefacientes en la prisión de Palma, además de diversos operativos en el puerto en los que se aprehendieron importantes cantidades de cocaína.
UN RETIRO DORADO MÁS QUE MERECIDO
Y una vez decidida su jubilación, ¿qué se hace con los animales? La primera opción, siempre, es el propio guía canino. “Después de tantos años juntos deshacerse de ellos es terrible, por eso siempre se procura que se queden con la persona que les ha acompañado”, indica. “Por ejemplo, si a mí me dicen mañana que Shinga ya no es apta, se vendría conmigo a mi casa”
Sin embargo, esa opción no siempre es posible por circunstancias del guardia civil, así que se activa el Plan B: asociaciones especializadas, como Héroes de 4 Patas, que se encargan de buscarles el mejor de los hogares, cribando a los aspirantes y haciéndoles seguimiento en la adaptacion.
“Es importante que se sepa que no son animales comunes: requieren de unos conocimientos y una actividad física que no cualquiera puede darle”. Perfil especial para perros especiales.
Se trata, dice, de procurarles el mejor de los retiros después de años de servicio a la ciudadanía y vidas salvadas. Como la del escolar fugado en plena excursión en Alaró que encontraron tres días después con hipotermia y sin poder moverse. Fue una de sus perras quien dio con el crío y evitó que la noticia acabase en tragedia.
El animal murió hace meses y él confiesa que con cada pérdida se pasa “muy mal”. Aunque seguro que sus animales están en ‘cielo de los perros’ esperándole obedientes.