Es una estampa habitual, repetida una y mil veces. Y simboliza uno de los ciclos más exitosos del Real Madrid. Es el tradicional selfie de la victoria de Sergio Llull, que ha vuelto a inmortalizar el momento de la felicidad de conjunto madridista en el vestuario. Se trata de la sexta Copa del Rey del base menorquín, que sigue alargando su leyenda con el club banco.