“Si el edificio no es legal, no se puede reformar ni ampliar” señala el GOB de Menorca que considera que “las dos torres que se alzan en primera línea en la playa de Son Bou no han cumplido nunca las condiciones de la licencia que se les dio”.
Por esto, han enviado un nuevo escrito al Ayuntamiento de Alaior advirtiendo de “los potenciales incumplimientos que se detectan”, escrito que se suma al que se envió hace dos años y que nunca ha tenido respuesta. En él el GOB destacaba que “la licencia de principios de los años setenta se había dado condicionada a unos parámetros que permitían construir 0,2 m3 m2 (1 m3 cada 5 m2). Dado que el proyecto de los años setenta se vinculaba a una parcela de 25.000 m2, el edificio resultante no podía tener más de 5.000 m3 y tiene 93.000 m3“.
El GOB explica también al Ayuntamiento que hay “otros condicionantes de la licencia que parecen no haberse observado. En concreto, la obligación de depurar las aguas residuales para su uso para riego, y la prohibición de hacer llegar al mar ningún tipo de residuos.
Recuerdan que las aguas de los hoteles se depuran en “una instalación que vierte sobre una zona de riesgo de contaminación de acuíferos y no hay constancia de que se usen para riego. El efluente va a parar a un barranco que acaba en la caleta de Llucalari, o sea, en el mar“. Por estos motivos, se ha pedido opinión a la institución municipal en relación al cumplimiento de estas condiciones.
También recuerdan al Ayuntamiento que tiene que comprobar “las obligaciones que el Código Técnico de Edificación marca para edificios que se quieren reformar. Esta norma exige unas cimentaciones de entre 14 y 30 metros de profundidad para edificios como las torres de Son Bou. Recordemos que el proyecto que ha presentado Melià mantiene la altura actual, recorta las esquinas que miran al mar pero prevé un 20% de ampliación entre las dos torres”.
Curioso informe municipal de los años 70
El GOB cree que las torres de Son Bou son una vergüenza para el litoral menorquín. “Se construyeron en los años setenta, cuando aún no había democracia. Quizá por eso el arquitecto municipal hizo un informe diciendo que los hoteles mejorarían el paisaje (ver El curioso informe de los hoteles de Son Bou). Quizá también por eso el técnico municipal aparece en el expediente actuando como apoderado de la propiedad de la finca. Pero después de 50 años, estos edificios se han amortizado y han generado muchos beneficios a las empresas propietarias. A Menorca no le interesa nada seguir apostando por una oferta turística ligada a un gran impacto paisajístico y basada en turismo de sol y playa que, por las características de masificación de un edificio como el que hablamos, nunca podrán ir mucho más allá que del todo incluido”.