¿Cómo se previene el coronavirus? ¿Es realmente efectiva la utilización de mascarillas o guantes? ¿A qué síntomas debemos estar atentos para sospechar la posible existencia de una infección de COVID 19? Estas y otras preguntas forman parte de las dudas que muchos ciudadanos albergan en torno a una enfermedad que está causando zozobra, temor y consternación a partes iguales en el conjunto del planeta, y a las que tratamos de responder en el transcurso del presente artículo.
La irrupción del COVID 19, inicialmente denominado coronavirus de Wuhan, ha puesto sobre la mesa la necesidad imperiosa de que todos los ciudadanos adquieran la máxima información posible acerca de los principales aspectos que conciernen a la transmisión de una infección que está trayendo en jaque a la comunidad científica y médica internacional. Este es un resumen de las principales cuestiones que suscitan las dudas de la población en relación al coronavirus.
¿Qué acciones se recomiendan para protegerse del coronavirus?
La medida más importante es lavar las manos frecuentemente, y utilizar para ello un gel antiséptico, aunque también es efectivo el uso de agua y jabón. Con esta precaución higiénica, se reducen las posibilidades de contraer el virus al entrar en contacto con personas afectadas o con superficies contaminadas, como mesas, sillas o cualquier otro tipo de mobiliario.
Al mismo tiempo, tanto los escritorios en los que se trabaja habitualmente como la cocina y otras dependencias domésticas han de ser objeto de limpiezas regulares, procurando eliminar cualquier posible rastro del virus.
¿Qué precauciones se han de adoptar para prevenir la propagación de la infección a otras personas?
Aunque no se disponga de ninguna confirmación oficial sobre un diagnóstico positivo de coronavirus, determinadas acciones, como la expectoración o el estornudo, han de realizarse en las mejores condiciones de prevención. Por ello, la recomendación es que al toser se cubra la boca con la manga del brazo y, siempre que sea posible, utilizar un pañuelo que ha de ser inmediatamente desechado.
¿Sirven las mascarillas y los guantes para impedir la infección?
Aunque el uso de mascarillas ha proliferado abundantemente durante las últimas semanas, hasta el punto de dejar sin existencias a un buen número de establecimientos, la realidad es que los expertos se muestran más bien escépticos en torno a su efectividad. En su opinión, no constituyen una protección hermética frente al coronavirus, porque no disponen de filtros de aire y, además, no impiden la exposición de los ojos. En cuanto a los guantes, estos han de ser forzosamente de nitrilo y han de desecharse inmediatamente tras un primer uso. Este tipo de guantes reúnen la cualidad de ser hipoalergénicos y ofrecer una gran resistencia. Su uso puede ser recomendable, según los científicos, pero sobre todo en el caso de los profesionales sanitarios y quirúrgicos.
¿Cuáles son los síntomas más característicos de la infección?
Las más frecuentes son las siguientes: secreción y goteo nasal; tos persistente; sensación de fatiga: dolor de garganta; episodios de cefalea; escalofríos y temblores; sensación general de malestar; y dificultad para respirar, cuadro conocido con el nombre de disnea. Ahora bien, manifestar estos síntomas no asegura en absoluto que esa persona en concreto padezca coronavirus. Esta posibilidad solo puede confirmarse a través del análisis de las muestras que se obtengan del supuesto paciente. Al mismo tiempo, se ha descrito un gran número de casos asintomáticos, en los cuales los afectados habrían sido expuestos al contagio sin experimentar ningún tipo de indicio ni de signo.
¿Hay colectivos más proclives que otros a la hora de ser víctimas del contagio?
Si algún aspecto caracteriza al coronavirus es su alto nivel de contagio, sin que hayan podido determinarse hasta ahora perfiles concretos de pacientes con mayor riego de infección. En cambio, existen datos objetivos sobre la virulencia del cuadro viral, que adquiere más gravedad cuando se trata de personas con edades superiores a los 60 años o que presentan diversas patologías, como enfermedades cardiovasculares y respiratorias, especialmente si son de carácter crónico.
¿Debemos creer cualquier dato que se publique o se divulgue sobre la enfermedad?
Por supuesto que no. Siempre hay que asegurarse de que la información proceda de fuentes fiables, y en especial de las agencias nacionales de salud pública, los organismos e instituciones oficiales del ámbito sanitario, las administraciones públicas y los profesionales médicos. Es necesario descartar las fuentes de dudosa procedencia, como los foros de Internet y las redes sociales en general, y, por supuesto, hacer caso omiso de informaciones que se difundan a través de un entorno próximo o doméstico, como grupos de amigos o vecinos.
¿Es necesario cambiar las rutinas habituales como fórmula de protección frente al coronavirus?
No, al menos en la mayor parte de los casos. Los expertos únicamente aconsejan adoptar determinadas limitaciones cuando concurre se experimentan síntomas que, aún sin haber sido todavía diagnosticados, podrían ser compatibles con el coronavirus, o bien en el supuesto de que se forme parte de alguno de los grupos de población con más riesgo (descritos en el punto anterior). Al margen de esto, actividades como viajar, ir a la compra, pasear, o incluso acudir a eventos, no tienen por qué verse restringidas más allá de las prevenciones que se acaban de exponer.
¿Cómo actuar si se sospecha de síntomas que podrían estar relacionados con el coronavirus?
En Balears, la recomendación que desde el primer momento se ha lanzado desde la Conselleria de Salut es la de ponerse en contacto inmediatamente con el 061. El protocolo establecido por el Govern ha funcionado hasta ahora como un mecanismo de relojería en cada uno de los aspectos que contempla: desde el ingreso del posible paciente en la unidad correspondiente del Hospital Universitario Son Espases hasta su eventual aislamiento para la cobertura del período de cuarentena, además del envío de las muestras al centro de referencia, el Instituto de Salud Carlos III, en Madrid.
¿Qué medidas hay que adoptar en el entorno doméstico?
Dado que las administraciones están potenciando la atención domiciliaria para pacientes con coronavirus que se ajustan a perfiles menos graves, es conveniente tomar nota de que si la convalecencia del enfermo tiene lugar en casa, y en el mismo espacio conviven otras personas, es imprescindible aislar al afectado hasta que reciba el alta médica. Eso supone que el paciente ha de permanecer sin ningún tipo de compañía en la habitación, ha de realizar todas sus comidas también en solitario, y ha de utilizar cubiertos diferentes al del resto de ocupantes de la vivienda.
¿Cómo se cura el coronavirus?
Actualmente, no existe todavía un tratamiento antiviral específico para el COVID-19. En consecuencia, el protocolo de atención a estos enfermos incluye una acción directa contra los síntomas de la infección, cuya intensidad varía en función de la gravedad del cuadro.
¿Durante cuánto tiempo se incuba el virus?
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), el período de incubación oscila entre los 2 y los 14 días. Esta es la razón por la que los gestores sanitarios aíslan durante dos semanas a los casos sospechosos. Por otro lado, los estudios realizados hasta el momento parecen confirmar que los síntomas iniciales surgen al cabo de un periodo de tres días.
¿Cuándo y dónde se originó el COVID 19?
La primera confirmación oficial de la existencia del coronavirus tuvo lugar el último día de 2019, en la ciudad china de Wuhan. Es por este motivo que, antes de adoptar la denominación actual de COVID 19, la enfermedad recibió el nombre de coronavirus de Wuhan, a pesar de la oposición de la comunidad científica, que entendió que asociar la patología a una localización geografía producía un efecto de estigmatización sobre la misma y sus habitantes. Los estudios realizados han determinado que el punto concreto de origen de la infección fue un multitudinario mercado de mariscos situado en el centro de Wuhan, cuyo cierre fue decretado por las autoridades chinas pocos días después de la descripción de la infección.
¿Cómo se transmitió el virus a los seres humanos?
La ciencia no ha logrado descifrar todavía qué animal en concreto ha actuado como transmisor del COVID 19 a las personas. La tesis más plausible es la que apuntan al murciélago como agente de transmisión, si bien los investigadores consideran que ha de existir una vía intermedia entre el murciélago y el humano que, de momento, no ha sido identificada. Históricamente, los murciélagos han sido causantes de otras epidemias de coronavirus, como el SARS, que infectó a más de 8.000 personas y ocasionó un numero superior a las 800 víctimas mortales.
¿Han existido con anterioridad otros coronavirus?
En efecto, como se afirma en el punto anterior, el SARS o síndrome respiratorio agudo grave es una enfermedad potencialmente mortal que fue descubierta en China en 2002 y que desde el país asiático se propagó al resto del mundo. El esfuerzo internacional logró contener la infección, de la que no se han tenido más noticias desde 2004. Sin embargo, algunos años después, en 2012, se tuvo conocimiento de un segundo coronavirus: el MERS o síndrome respiratorio de Oriente Medio. Fue detectado en Oriente Medio y se extendió a un conjunto de 27 países, en su mayor parte situados en la península arábiga.