Para ponernos en contexto tenemos que recordar aquel tiempo pasado en el que la isla de Menorca era el centro estratégico militar y naval del Mediterráneo occidental. La creación de un Lazareto surgía para evitar la propagación de enfermedades infecciosas.
Algo que había ocurrido en diferentes puertos, precisamente porque los barcos era la correa de transmisión que llevaba los virus de uno a otro lugar del globo.
Joan Enric Vilardell obtuvo una beca con la que estudió cuántos lazaretos existían o no se habían perdido en el Mediterráneo. Tal como publicó Menorcaaldia.com en su momento, esa investigación permitía entender que el Lazareto de Mahón fue en su momento uno de los métodos de prevención sanitaria más modernos y eficaces de su tiempo.
También existían otros lazaretos en puertos como los de Marsella, Venecia, Génova, Malta, Liorna, Nápoles, Corfú, Trieste y otros. Para la construcción del de Mahón se estudiaron los más importantes del mundo y fue considerado uno de los mejores a principios del siglo XIX.
Aunque la construcción no se llegó a completar del todo, al no hacer la patente limpia que estaba presupuestada en 4 millones de reales, a día de hoy quienes visitan la instalación pueden admirar el gran trabajo que se realizó para evitar que los navegantes que llegaban infectados contagiaran a la población civil.
Que tonterías ayer en menorca se paseaban gente de fuera tan panchos infectados o no estás tontuna de que en menorca no entra la maldad ya no sirven tenemos sarna y moskito tigre por tubo que seguro que en otras épocas no había sarna si si brotes de sarna en la isla la menorca que se describe