Los enfermos por Covid-19 que se encuentran ingresados en el Hospital Mateu Orfila de Maó y el resto de espacios sanitarios de las islas empezarán a recibir visitas, según ha informado la Conselleria de Salut.
Los acompañantes y familiares que visiten a los pacientes estarán asistidos y orientados por personal de los centros.
Hasta ahora, la mayoría de los pacientes con COVID-19 se comunicaban con los familiares por videoconferencia. También se permitía el acceso a los familiares para despedirse de los pacientes que estaban en sus últimos días de vida.
“Con este protocolo, personal de los hospitales públicos se encargará de informar y asistir a los familiares que quieren visitar un paciente o a los acompañantes que tengan que ingresar con él”, explican desde Salut.
“Desde los hospitales, se organizan las agendas y se asiste a estas personas con información, recomendaciones y ayudas, como por ejemplo las instrucciones para ponerse el equipo de protección individual (EPI)”.
El Servei de Salut ha establecido una serie de normas básicas de acompañamiento:
- Como visitas a pacientes.
“El familiar puede solicitar la visita según el procedimiento establecido por cada hospital. El personal del hospital es el encargado de gestionar las visitas: recibe las solicitudes, confirma las visitas con el equipo asistencial, planifica agendas, recibe las visitas, explica el procedimiento, ayuda a colocar los EPI e informa sobre las recomendaciones de prevención”.
“Los criterios que tienen que reunir los visitantes son, entre otros, que no formen parte de ningún grupo de riesgo para la COVID19 y que sean capaces de usar los EPI. Se permite la visita de un máximo de dos personas diferentes por paciente, alternando los turnos de visitas. Igualmente, se recomienda que la duración de las visitas no supere los 15 o 30 minutos”.
- Como acompañamiento del paciente dependiente.
“En los casos de pacientes dependientes se puede autorizar a un acompañante, que voluntariamente tiene que solicitar el ingreso junto con el paciente, para acompañarlo en el proceso de hospitalización, siempre que la situación clínica lo permita y se puedan garantizar las medidas necesarias de protección. En el caso de pacientes de más de 18 años y con deterioro cognitivo o discapacidad intelectual, se equipara el derecho a un acompañante con el de los pacientes menores, dado que actualmente los padres o tutores legales pueden acompañar a los menores de edad durante el ingreso”.
“El cuidador tiene que cumplir una serie de requisitos similares al del visitante y tiene que ser validado. El personal del hospital lo recibe, le explica el procedimiento de acompañamiento, le facilita los EPI, le hace una formación inicial y le da todas las recomendaciones de prevención. Así mismo, también le explica las medidas de aislamiento necesarias que tendrá que seguir durante los catorce días posteriores al alta hospitalaria”.