En estos días de coronavirus (por ver una parte positiva) podemos decir que estamos aprendiendo a marchas forzadas de uso de aplicaciones nuevas, sacarle jugo a nuestro smartphone y quizás, incluso, aprender a hacer vídeos que merezcan la pena.
Pero de la gran cantidad de material que debes ver cada día a través de tu teléfono por redes sociales o internet, seguro que te sorprendes de lo mal grabados que están algunos trabajos. Improvisación, desconocimiento, fallos recurrentes, poca atención en obtener un resultado final y además se oye fatal. Somos cada vez más críticos aunque a veces la calidad no lo es todo, si no que prima el contenido. Pero ¿y si el contenido y un mínimo de calidad van de la mano? El éxito está asegurado.
1. Sonido. Quién pone intención en grabar un buen video pero no tiene en cuenta si se oye, si la música está mal modulada o si hay demasiadas distorsiones, algo falla. Y es algo muy recurrente. Ten en cuenta que grabar en exterior o en un espacio interior es diferente. Ten en cuenta el tráfico, si hace viento o si estás muy lejos del teléfono. Hay teléfonos a los que se les puede acoplar un micro y la cosa cambia muchísimo.
2. ¿De dónde viene la luz? Hay vídeos en los que una tenebrosa sombra se dirige a nosotros. Eso es porque están a contraluz. Hay que revisar este detalle para conseguir que lo que queremos grabar se vea bien. ¿De qué sirve grabar un vídeo en el que el objeto principal no se ve?
3. De pie o tumbado. Ten en cuenta para qué quieres el vídeo, qué destino va a tener. Hay redes sociales donde se estila más la verticalidad pero, para la mayoría de los trabajos de vídeo debería utilizarse de forma horizontal.
4. Quita el automático. Tu smartphone tiene tantas posibilidades de gestión de parámetros de imagen como lo tendría una cámara de fotos o una grabadora de video convencional. Pero pocas personas lo utilizan. Como viene predeterminado como “enfoque automático”, ya no nos paramos a ajustar eso a las condiciones de grabación. Si nos tomamos la molestia de probar y aprender a gestionar las posibilidades de la cámara del teléfono, saldremos ganando y evitaremos el efecto de movimientos de enfoque que a veces se produce con el automático puesto.
5. Imagen sin sobresaltos. Es cierto que hay teléfonos con sofisticados sistemas integrados que permiten que apenas peguen botes los fotogramas, por ejemplo cuando caminas mientras grabas. Pero como la mayoría de los teléfonos no lo tienen, aprovecha palos selfie, trípodes, soportes o coge con firmeza el teléfono intentando minimizar los movimientos bruscos.
6. No te conformes con un solo lado. Si tienes posibilidad de editar (y cada vez hay mas herramientas fáciles y gratuitas para hacerlo desde el propio teléfono) graba un mismo motivo desde diferentes ángulos. La suma de tomas le dará un resultado muy profesional a tu vídeo.
7. No acumules todos tus trabajos en tu móvil. O los subes a la nube o te los descargas. Los vídeos son uno de los recursos que más pesan en cuanto a datos, lo que acabará bloqueando la memoria de tu teléfono.