La seguridad de huéspedes y trabajadores. Este es el principal objetivo que persiguen las grandes cadenas hoteleras, acostumbradas a alojar a miles de clientes, y que, actualmemente, se enfrentan al reto de hacerlo realidad a pesar de la pandemia. Desinfección de maletas, contacto mínimo de los trabajadores con el cliente, higienización de habitaciones y servicios… El listado es largo como lo demuestra el programa ‘Stay safe with Meliá’ (‘Mantente seguro con Meliá’), que la cadena mallorquina ha presentado para sus hoteles en las islas.
Las dependencias del Meliá Palma Marina han acogido la cita de los responsables de Meliá Hotels International con los medios de comunicación para mostrar a la opinión pública las actuaciones realizadas en el establecimiento para garantizar la seguridad de visitantes y empleados frente al contagio del coronavirus.
Precisamente, este hotel, es uno de los tres que, inicialmente, ha elegido la compañía para reiniciar su actividad en Balears, posiblemente entre finales del mes de mayo y principios de junio. Los otros dos establecimientos que Melià reabrirá en las islas, dentro de esta primera etapa de reactivación de la oferta de alojamiento, serán el Calvià Beach, en Magaluf, y un hotel de Menorca todavía por determinar, aunque probablemente se optará por el que está radicado en Cala Galdana.
Estos, y otros establecimientos del resto de España y del mundo, forman parte de los denominados ‘hoteles de entrenamiento’ de Meliá, llamados así porque acogerán la aplicación inicial de los nuevos protocolos que el sector deberá tener presente para reanudar su actividad con absoluta seguridad. Estas adaptaciones abarcan desde circuitos externos e internos orientados a mantener en todo momento la distancia física entre las personas que se encuentren en las dependencias; señalizaciones dispersadas en el conjunto del hotel que guiarán los recorridos de los clientes para que puedan acceder fácilmente, y con la máxima seguridad, a las diferentes áreas y servicios; la provisión de mascarillas de protección y geles desinfectantes, la separación de las tumbonas en las piscinas y zonas de baño, y, por supuesto, la reorganización de la oferta gastronómica.
DEL ‘SELF SERVICE’ AL ‘SELF SERVICE’….GUIADO
Sobre este último punto, Belén Sanmartín, directora de los hoteles de Meliá en el municipio de Calvià y que se ha encargado de acompañar a uno de los grupos de redactores, cámaras y fotógrafos que han participado en la visita experimental al Meliá Palma Marina, ha señalado que el sistema de ‘self service’ “ya no podrá seguir los parámetros de los tiempos anteriores, cuando el cliente se servía libremente los productos que deseaba sin ningún tipo de intermediación, ni de restricción. Ahora, se deberá optar por el ‘self service’ guiado, es decir, con la intervención de un profesional de hostelería que se ocupará de depositar la comida en los platos, y garantizará la completa desinfección de todos los utensilios y elementos de los que se haga uso”.
También la gestión de las habitaciones deberá amoldarse a férreas exigencias de seguridad. Belén Sanmartín ha explicado que los trabajadores de limpieza “depositarán una etiqueta distintiva en todas las colchas, sábanas, televisiones, pasamanos, muebles y demás enseres de los cuartos para informar de que se trata de recintos higienizados y desinfectados al cien por cien”.
Y eso mismo ocurrirá con las otras dependencias del hotel. Como apunta Sanmartín, “no puede quedar ni el más mínimo rastro de duda sobre la salubridad del establecimiento en su conjunto, y eso pasa incluso por las llaves del hotel: cuando el cliente llegue, se le entregará un juego de llaves que deberá llevar encima durante toda su estancia, y en el momento de la partida se le reclamará que lo deposite en un recipiente aséptico”. Por supuesto, los trabajadores irán provistos durante toda su jornada laboral de las correspondientes mascarillas y otros elementos de protección personal, y en diferentes rincones del hotel se habilitarán dispositivos con gel desinfectante.
Entretanto, Meliá mantendrá tres hoteles abiertos en las islas, a la espera, según ha precisado el directivo, de “tener la oportunidad de poner en marcha otros establecimientos si el nivel de la demanda lo permite, pero, para ello, será imprescindible, precisamente, que esta demanda aumente”.
De todas maneras, el jefe de Operaciones de Meliá Hotels ha deslizado una noticia esperanzadora para el sector: “Por primera vez en muchas semanas, las reservas de plazas están superando a las cancelaciones. Partimos de cifras muy bajas, es cierto, pero tras las primeras medidas de liberalización de la movilidad, se está empezando a notar una todavía incipiente, pero real, reactivación de la demanda”.
Igualmente, y aunque será difícil para los establecimientos hoteleros alcanzar niveles apreciables de rentabilidad en esta atípica temporada de verano, André Gerondeau ha indicado que “el hotel que permanece cerrado es el menos rentable de todos. En muchas ocasiones, es mejor reanudar la actividad, a pesar de que se pierda algo de dinero, porque los números rojos son mucho más notorios si el establecimiento no registra ningún movimiento”.
La paulatina normalización de la actividad en Melià Hotels irá también de la mano de Bureau Veritas, firma de prestigio mundial en el campo de la certificación de calidad. En este sentido, cabe remarcar que un equipo multidisciplinar de Bureau Veritas ha revisado y confirmado la idoneidad de los procedimientos y sistemas desarrollados por Meliá para hacer frente al escenario post pandemia.