El menorquín Joan Florit, que participa en los mundiales de saltos en la modalidad de Dødsing, ha impresionado con una ejecución desde más de 23 metros en la “roca de s’elefant”, en aguas de Cala Morell (Ciutadella).
El saltador ciutadellenc se lanzó al agua ayer desde una gran altura en una de sus especialidades.
Esta modalidad deportiva nació formalmente en Noruega, que fue el primer país en redactar una normativa al respecto, y trata de saltos al agua desde una plataforma a 10 metros de altura.
El récord del mundo está establecido en 27 metros. Hay dos tipos de saltos: clásico sin figuras y estilo libre, que permite realizar piruetas durante el ejercicio.
El menorquín, según la web especializada dodschallenge.com, fue sexto del mundial en 2017 y undécimo en 2018. Le definen como un practicante de los saltos “desde la edad de 5 años, conquistando la mayoría de los acantilados alrededor de la isla.
Florit ya hizo unos meses atrás unos espectaculares saltos en el puente de Cala Galdana. Ya reconocía por entonces que “puede parecer peligroso, pero soy un especialista en este deporte”.