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Los niños transmiten menos la Covid-19: el argumento para la “vuelta al cole” presencial

El Gobierno presentará hoy a las comunidades autónomas el documento que ha elaborado Educación junto al Ministerio de Sanidad

La proporción de contactos que dan negativo es del 98,7%
La proporción de contactos que dan negativo es del 98,7%

A día de hoy está probado que los niños no son grandes transmisores del coronavirus”. Este es el argumento que la ministra de Educación, Isabel Celaá, esgrime para justificar su apuesta por la recuperación de las clases presenciales a partir de septiembre, y hacerlo, además, en unas condiciones menos restrictivas para los alumnos de menor edad. Precisamente, este jueves Celaá presentará a las comunidades autónomas el documento que ha elaborado su departamento junto al Ministerio de Sanidad en el que se defiende que los estudiantes de 0 a 10 años puedan permanecer en el aula sin mascarilla de protección y sin observar la preceptiva distancia de seguridad respecto a sus compañeros. Diversos estudios internacionales, llevados a cabo por científicos epidemiólogos del máximo prestigio, parecen avalar la apuesta del Ejecutivo por relajar las medidas restrictivas en los niveles de educación infantil y los primeros cursos de educación primaria.

La titular de Educación ha ido desgranando en el transcurso de estos últimos días, a través de sucesivas apariciones en los medios de comunicación, los principales aspectos de su hoja de ruta para el regreso a las aulas a partir de septiembre. La premisa de Isabel Celaá, apoyándose, según afirma, en las constataciones pertinentemente documentadas por los epidemiólogos y la comunidad científica, es que los niños no constituyen una seria amenaza para la expansión del virus.

Precisamente por ello, la ministra defiende que, dentro del espacio acotado de las aulas, los menores puedan moverse sin necesidad de utilizar mascarilla u otros elementos de protección frente al Covid-19, y sin guardar la distancia social de 1,5 metros que se halla vigente desde la promulgación del estado de alarma.

Ahora bien, ¿en qué se basa el Gobierno, y en concreto la ministra de Educación y Formación Profesional, para considerar a los niños agentes poco activos o escasamente condicionantes en la transmisión del Covid-19? Ya en el inicio de la pandemia, médicos y científicos han puesto sobre la mesa el debate sobre los verdaderos efectos de la infección en la población pediátrica. Una vez establecida la constatación de que la evolución de la enfermedad en los menores adquiere, por regla general, menos cotas de gravedad que en otros sectores demográficos, los expertos han tratado de profundizar en la capacidad real de transmisión del coronavirus por parte de los niños.

LOS ESTUDIOS REFIEREN LA MENOR CAPACIDAD DE INFECCIÓN DE LOS NIÑOS

Existen algunos estudios al respecto, y todos parecen apuntar en la misma dirección, tal como ha expuesto reiteradamente la ministra de Educación: es decir, la menor potencialidad infecciosa de los más pequeños. Así se expone, por ejemplo, en un trabajo científico divulgado el pasado mes de mayo y realizado en Reino Unido y encabezado por algunos de los especialistas que aconsejan al gobierno británico en materia de Covid-19.

Uno de estos expertos, John Edmunds, miembro del Grupo Asesor Científico de Emergencias de Gran Bretaña, ha admitido haberse quedado sorprendido tras comprobar que los niños desempeñan un papel poco relevante en la transmisión de la enfermedad, a pesar de que, generalmente, son un foco muy potente en la expansión generalizada de virus y bacterias.

Esta misma hipótesis defienden otras ponencias y conclusiones, como las que ha recogido un artículo de la publicación especializada BMJ, en la que se recoge que los niños solo son responsables de alrededor del 10 por ciento de los contagios que se producen en los núcleos familiares y de convivencia.

Y hay más evidencias al respecto. En Nueva Gales del Sur (Australia), un estudio centrado en 9 menores con Covid-19 certificó que estos pacientes pediátricos no habían transmitido el virus a ninguno de sus 735 compañeros de colegio ni a los 128 profesores y trabajadores que llevan a cabo su labor en este centro docente. Y ello, a pesar de que existió un contacto muy cercano, diariamente, entre unos y otros.

NORMAS DIFERENTES SEGÚN EL NIVEL EDUCATIVO

No obstante, la propuesta del Ministerio de Educación y Formación Profesional no plantea que los estudiantes dispongan de una movilidad absolutamente carente de restricciones en el conjunto de los equipamientos docentes. La idea del Ministerio de Educación es que esa ‘manga ancha’ a la hora de prescindir de las mascarillas y que la distancia de seguridad se aplique, exclusivamente, en los espacios acotados que ocupe cada grupo de alumnos, cuyo número no excedería de los 15 o, como mucho, los 20 componentes.

En el resto de las instalaciones académicas, los niños deberían observar las directrices de prevención que forman parte del decreto de ‘nueva normalidad’ ratificado este martes por el Consejo de Ministros. Y eso mismo ocurriría en el caso de los estudiantes más mayores, entre los 10 y los 16 años, a los que el Ministerio, con el aval de sus asesores científicos, atribuye un nivel potencial de transmisión del virus más acorde con el de la población adulta y claramente superior al de sus compañeros de menos edad.

De hecho, la estrategia de mayor relajación en los comportamientos preventivos frente al coronavirus afectaría a los escolares de Educación Infantil y a los primeros cuatro cursos de Primaria. Así figura en el documento que este jueves debatirá el Gobierno central con las comunidades autónomas en el contexto de la conferencia sectorial, y que contendrá estas y otras actuaciones relacionadas con las medidas de seguridad sanitaria que se deberán aplicar a partir del inicio del nuevo curso académico.

El documento ha sido elaborado por dos ministerios: Sanidad y Educación y Formación Profesional, e incluye las recomendaciones que se trasladarán a los centros educativos para preparar la ‘vuelta al cole’ en un entorno seguro y saludable para el alumnado.

La principal característica de estas disposiciones será la apuesta por la relajación en las limitaciones de movilidad y en el protocolo de prevención en los cursos con alumnos de 0 a 10 años de edad. Los autores de la normativa parten de la base de que estos menores forman parte de un grupo de convivencia estable, circunstancia que, llegado el caso, permitiría un rastro rápido y sencillos de los contactos estrechos si en algún momento se detectase una situación sospechosa.

En cambio, en los cursos superiores se impondrá la distancia social, de tal manera que los pupitres tendrán que distar 1,5 metros a partir de 5º de Primaria, Cuando esa separación no sea posible, el uso de mascarillas será obligatorio, y también será así cuando los estudiantes deban abandonar su localización para dirigirse a cualquier otro espacio del aula o del colegio o instituto.


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