¿Cómo valora la novedosa experiencia de las clases telemáticas?
En primer lugar, tengo que poner en valor el esfuerzo que ha hecho todo el mundo, porque es evidente que la escuela es fundamentalmente presencial y ha de seguir siendo así, para que no se incrementen las desigualdades sociales y de aprendizaje. La situación de las clases telemáticas ha sido una situación improvisada, que en general considero que no ha sido buena, sobre todo para los alumnos de Infantil, Primaria y los primeros cursos de Secundaria, así como para los niños con necesidades educativas especiales. Dicho esto, he de reconocer que los profesores han hecho un esfuerzo increíble, que las familias también han ayudado mucho y que el alumnado se ha tenido que adaptar. Por tanto, mi conclusión sería que tenemos que esforzarnos para que la enseñanza sea esencialmente presencial, complementándola cada vez más, eso sí, con un proceso de digitalización educativa.
¿La educación del futuro será diferente, pase lo que pase con el coronavirus?
Es evidente que tenemos que reflexionar sobre muchas de las cosas que han pasado ahora. Creo que se ha demostrado, por ejemplo, que en las escuelas necesitamos unos currículums más prácticos, más concisos, con un planteamiento más metodológico, de enseñar a aprender, de hacer cosas concretas. La escuela no ha de querer enseñar mucho, sino sobre todo aquello que sea útil. Al mismo tiempo, la escuela no puede ser ajena a la sociedad tecnológica y del conocimiento, a la digitalización de la sociedad. Por tanto, hemos de utilizar esta herramienta para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje, sobre todo en los niveles educativos superiores. Lo presencial ha de seguir siendo clave, pero también lo no presencial se tiene que institucionalizar, regular y sistematizar más.
Si el curso no es presencial se incrementan las desigualdades sociales y de aprendizaje
¿Cómo prevé que puede ser el próximo curso?
Nosotros estamos trabajando ahora sobre tres escenarios posibles. El primero sería el de la normalidad, que implicará mantener las distancias legalmente necesarias entre los alumnos y las ratios legales, así como aplicar nuevas medidas de seguridad, como por ejemplo que haya más horarios de patio, pero con menos alumnos, que se distancien las entradas y las salidas para evitar aglomeraciones, que los estudiantes tengan quizás que almorzar en sus propias aulas o que haya más limpieza, con más lavado de manos, mascarillas y geles. Nosotros abogamos de una forma clara por la máxima normalidad y presencialidad para el curso 2020-21, sobre todo en Infantil, Primaria y los dos primeros cursos de Secundaria.
¿Cuáles serían los otros dos escenarios?
El segundo escenario sería el de los rebrotes que pueda haber. Si en un aula hubiera rebrotes, a lo mejor se tendrá que cerrar esa aula, otras aulas o la escuela y decretar una cuarentena de quince días. Ese modo de proceder será taxativo, para evitar contagios y un efecto dominó. Eso implicará que haya, además, una relación muy clara con las familias, que jugarán también un papel muy importante. Así, si un niño tiene fiebre o diarrea no ha de ir a clase. Por tanto, las familias deberán participar en esta nueva organización, en la que habrá un protocolo sobre salud que se tendrá que aplicar. El tercer escenario sería el de la posibilidad de incrementar el número de docentes.
¿Es posible entonces que se contraten más profesores?
Partiremos del profesorado que tenemos actualmente. Hay que tener en cuenta, por ejemplo, que este año se han incorporado a Primaria menos alumnos al sistema educativo, aunque más a Secundaria. A partir de ahí, en función de las conclusiones que nos marquen las distintas comisiones de trabajo ahora en marcha, nos plantearíamos incrementar el número de docentes. En cualquier caso, la actual situación económica implica que debemos ser racionales a la hora de reorientar los gastos, pues hoy tenemos también otras prioridades a las que hemos de dar respuesta. Así, incrementaremos por ejemplo el dinero dedicado a becas comedor, porque habrá familias con problemas económicos. Asimismo, habrá también más fondos para todo lo relacionado con la limpieza, el material de protección individual o la digitalización educativa.
Esta situación nos tiene que hacer reflexionar; se ha demostrado que en las escuelas necesitamos unos currículums más prácticos, más concisos, con un planteamiento más metodológico, de enseñar a aprender
¿Cómo planifican ahora mismo, día a día, semana a semana, mes a mes…?
Puedo avanzarle ya que las 14 comisiones que tenemos para planificar el próximo curso presentarán este mes sus respectivas conclusiones, de las que la Conselleria sacará unas instrucciones. Luego, ya en julio, los centros tendrán que hacer un plan de contingencias. Es cierto que podría haber un rebrote general, pero nosotros pensamos que seguramente habrá más bien rebrotes concretos. En ese contexto, en cada colegio deberá haber un despacho específico para aislar a un niño que tenga síntomas, que luego será trasladado a su casa o a un hospital. En segundo lugar, como he indicado ya, si hay un rebrote importante en unas aulas, éstas se tendrán que cerrar. Y si ese rebrote es aún más importante, se tendrá que cerrar el centro y hacer una cuarentena, por lo que se volvería a la digitalización. Partiendo de la base de que planificar al cien por cien es imposible, ahora estamos más preparados que en el mes de marzo para hacer esa planificación de una forma más adecuada para el alumnado.
¿Habrá finalmente oposiciones este verano?
No, este verano no habrá oposiciones. Se harán el año que viene. Para nosotros, las oposiciones son un tema clave para bajar la tasa de interinidad que teníamos, que ya la estábamos bajando, pues ahora se situaba en el 28 por cien y nuestro propósito era reducirla este año hasta el 22 por cien. Además, tenemos la voluntad política de continuar negociando con los sindicatos hasta 2023 para seguir bajando esa tasa y que pueda situarse en un 15 por cien al final de la presente legislatura.
¿Hay adoctrinamiento en las aulas de Baleares?
Antes de contestarle, quizás deberíamos de preguntarnos todos, de manera retórica, qué significa adoctrinar, porque hay quienes plantean que hay adoctrinamiento sólo cuando se habla del catalán o de los Països Catalans. Dicho esto, creo que la educación no puede ser nunca adoctrinamiento. Lo que tiene que hacer la educación es dar elementos para que cada uno elija su forma de pensar, su forma de ser o sus ideas. ¿Que es posible que haya algún profesor que no lo entienda? Evidentemente, pero eso puede ocurrir tanto entre el profesorado de la escuela pública como en el de la concertada o la privada.
¿Cómo actúa la Conselleria de Educación en ese sentido?
En la Conselleria actuamos no sólo cuando hay una denuncia, sino incluso también a partir de una noticia concreta aparecida en un medio de comunicación. Así, Inspección Educativa va al centro que ha sido denunciado para ver lo que ha pasado exactamente. Luego, el informe elaborado por los técnicos es enviado a la Fiscalía de Menores. Lo recuerdo porque nosotros nunca nos hemos lavado las manos en esta cuestión. Además, si viéramos que algún docente utiliza la escuela como una plataforma ideológica, eso tendría unas consecuencias determinadas. En cualquier caso, pienso que en este tema hay más un debate ideológico que un debate real.
La educación no puede ser nunca adoctrinamiento
¿El castellano está discriminado en las escuelas de las Islas?
Esa supuesta discriminación es un tema recurrente, que algunos partidos hacen servir de forma regular. Sin embargo, lo que nosotros queremos es que al final de cada etapa escolar los estudiantes tengan competencia lingüística en catalán y en castellano, y si es posible, algún conocimiento de lenguas extranjeras. Es verdad que soy un defensor de mi lengua —el catalán—, pero al mismo tiempo también de ese bilingüismo real. Creo que tenemos que potenciar el catalán, porque está en una posición más minoritaria, pero también quiero que las competencias en catalán y en castellano mejoren, a nivel oral y escrito. No me conformo con que haya una igualdad entre ambas lenguas. Desde la Conselleria, nunca hemos abogado por una educación monolingüe, porque no sería legal y porque creemos que vamos hacia una sociedad multilingüe. En cualquier caso, cuando hay algún posible caso de discriminación, también se investiga.
¿En qué punto se encuentra la tramitación del anteproyecto de la futura Ley de Educación del Govern?
Desde que fue presentado el anteproyecto el pasado mes de noviembre, hemos recibido entre alegaciones, ideas y reflexiones un millar de aportaciones para la futura ley, que ya hemos estudiado y analizado. En estos momentos, tenemos que acabar de pactar el anteproyecto a nivel del Govern, con MÉS y Unidas Podemos. Luego, nuestro propósito es abrir ese pacto para que se sumen al mismo el máximo de grupos parlamentarios. Nosotros queremos que sea una ley de consenso, dentro de la comunidad educativa y también dentro de la comunidad política. Sabemos que será complicado, pero lo hemos de intentar. Al mismo tiempo, estamos ahora a la espera de que el Gobierno central apruebe la futura Ley Orgánica de Modificación de la Ley Orgánica de Educación (LOMLOE), porque nosotros no queremos hacer una norma que pueda ser anticonstitucional. A partir de ahí, pensamos que la Ley de Educación del Govern podría ser enviada al Parlamento balear a principios del próximo año.
¿Cómo son las relaciones con la escuela concertada?
Me alegra que me haga esta pregunta —sonríe—. Hemos de recordar que la enseñanza concertada es una institucionalización que hizo el PSOE con José María Maravall como ministro con la Ley Orgánica del Derecho a la Educación (LODE) en 1985. Antes había subvenciones y con la LODE hubo conciertos educativos. Es una opción que hizo el PSOE en los años ochenta en España y que entonces fue adecuada. En la actualidad, lo que queremos es que la escuela concertada sea un servicio público. Nosotros, por nuestra parte, respetamos absolutamente su ideario. Además, tenemos buena comunicación y buena relación con la escuela concertada, algo que no excluye la crítica, pues intentar contentar a todo el mundo es muy complicado. De hecho, también recibimos críticas de los sindicatos de la escuela pública. Todo el mundo tiene derecho a la crítica y además la crítica también ayuda a mejorar las cosas. Lo que sí hemos de intentar hacer desde el Govern es una política educativa que sea buena para todo el mundo.
Soy un defensor del catalán y al mismo tiempo de un bilingüismo real
¿Cuál es ahora la situación presupuestaria en su departamento?
Es evidente que la Comunidad autónoma ha perdido ingresos y que algunos gastos se han disparado mucho, por ejemplo en materia de sanidad y de servicios sociales. Por lo que respecta a la Conselleria de Educación, de momento estamos manteniendo el gasto que teníamos previsto, pero hemos tenido que hacer algunas reestructuraciones. Así, por ejemplo, hemos dedicado más fondos que nunca a las ayudas de comedor o a material informático. Por tanto, estamos trabajando en intentar mantener el estado del bienestar, con una cierta reorientación del gasto para este año y para el próximo. Al mismo tiempo, estamos haciendo también un esfuerzo en materia de infraestructuras.
Más allá del ámbito educativo, el futuro a corto plazo se vislumbra bastante complejo a nivel general…
Es así, sí. Hemos de ser conscientes de que los próximos meses serán muy complejos. En ese sentido, estoy contento de que el Gobierno de España haya creado el Ingreso Mínimo Vital, porque ayudará mucho a paliar determinadas situaciones. Al mismo tiempo, creo que también es necesario llegar a acuerdos sobre los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), porque es una forma de que no desaparezcan empresas y de que haya trabajadores que tengan un subsidio específico. Por otra parte, Europa también se tiene que implicar en buscar posibles soluciones. En definitiva, hemos de ser capaces de dar a la ciudadanía la respuesta que necesita en estos momentos, que no puede ser sectaria ni politizada, sino una respuesta cuyo objetivo sea mantener la calidad de vida e intentar afrontar todas las dificultades que habrá.
(Una entrevista de Josep Maria Aguiló)
… dejémonos de hipocresías… mientras en algo tan serio como es la EDUCACIÓN de las nuevas generaciones, exista una “asignatura” llamada RELIGIÓN, o sea adoctrinamiento puro y duro, pues su razón de ser es diáfana, hacer apologética pues ya casi nadie va a catequesis en las parroquias, y han decidido que hay que hacer proselitismo en escuelas e institutos, para que no se termine de desinflar un globo que ya hace tiempo que no puede con las fugas… mientras se mantenga este despropósito y los políticos como este señor miren descaradamente hacia otro lado silbando displicentemente, SÍ QUE HAY ADOCTRINAMIENTO… lo de la lengua es un globo sonda para despistar, aquí de lo que se trata es de derogar el concordato con el estado islámico de Teherán, que se inmiscuye en la política educativa de nuestra sociedad sin vergüenza alguna… la dictadura teocrática vaticana, quería decir, que es lo mismo, vaya… Hace dos días, el estudiante Héctor Sánchez abandonó una lucha de tres largos años para que las autoridades educativas hiciesen retirar de su colegio público cordobés todos los crucifijos que adornaban sus aulas, incumpliendo la normativa de aconfesionalidad del estado… pues dichas autoridades no hicieron NADA… “autoridades” como donde trabaja este señor de la foto, rehenes de una confesión religiosa que les tiene bien cogidos por los testículos… eso sí, la entrevista le ha salido muy bonita al conseller… hale…