La enorme estructura de vidrio y metal ya se erige sobre Maó, y las obras inician la recta final. Ya queda menos para que el segundo ascensor que conectará la ciudad y el puerto sea una realidad.
Después de meses paralizada por culpa de la Covid-19, la obra ha acelerado y encara su última etapa.
El pasado 25 de mayo se comenzó a instalar el cristal que debía rodear el esqueleto metalizado, por lo que el Ajuntament de Maó espera que en las próximas fechas se pueda activar el nuevo ascensor.
Este nuevo elemento, situado en el entorno del parc Rochina, conecta el puerto con el centro de la ciudad a través del Mercat del Claustre, y supone una inversión de 1,2 millones de euros, a repartir entre el Ajuntament de Maó (cerca de 400.000 euros) y la Autoritat Portuària de Balears (847.906 euros).
La nueva infraestructura también facilitará el acceso al núcleo urbano de Maó de todas aquellas personas que visiten la ciudad, y pretende suponer un impulso a los comercios del centro, esencial para reactivar la economía.