Los mahoneses fueron fieles a su cita con los libros en este Sant Jordi tan especial en julio. Este jueves por la tarde, las nueve paradas instaladas en el Carrer Nou y S’Arravaleta reunieron a centenares de personas ávidas de escoger un buen título para enfrascarse en el placer de la lectura durante días. “He vendido más libros en la hora y media que llevo aquí que en todo el mes” apuntaba uno de los propietarios de librerías que sacó su estand. La satisfacción por esta jornada de ventas era general aunque también se dejaba claro que no son cifras similares a las de una Sant Jordi habitual el 23 de abril. Lo que no hubo fue un título dominante entre los compradores. Los libreros señalaban que la falta de un Sant Jordi normal hizo que nadie publicase un gran estreno para la jornada. Por ello, las peticiones de los clientes fueron de lo más repartidas. Aún así, cabe destacar el interés generado por “El enigma de la habitación 622” de Joël Dicker y “El mal de Corcira” de Lorenzo Silva. |