El departamento de cultura del Ajuntament vio que no habría Día del libro en el mes de abril y aplicó la fórmula más utilizada en el confinamiento de la pandemia; ofrecer alternativas virtuales. Por eso nació el concurso literario Maó Vint vint con el objetivo de retratar de dos maneras diferentes la situación tan peculiar que estaba viviendo la sociedad mahonesa. Por un lado un ámbito de ficción y por otro relatos de crónica que ayudaran fijar esa imagen de una realidad cambiante.
El resultado ha sido el libro que destaca algunas de esas miradas y que se ha convertido en una manera ideal de entender cómo se han visto y vivido los momentos, quizás, más duros del avance de la enfermedad.
El calidoscopio de voces transmite diferentes formas de entender este periodo. El escenario casi omnipresente de la ciudad traslada al lector a personajes que se muestran narradores de lo que ha ocurrido. En ocasiones sumergiéndose en la poesía o prosa poética. Con muchas referencias a quien lo ha pasado mal pero con contrapuntos de quien ha encontrado la parte positiva del confinamiento, en particular para quien lo ha podido vivir junto a sus familiares y con un espacio exterior para tomar el sol o pasear unos pasos.
Los relatos, de ficción o no, no se olvidan de muchos elementos que nos han acompañado en aquellos tres meses de Estado de Alarma; la heroicidad de quien trabajaba en primera línea con los enfermos, los miedos o temores a contagiarse o contagiar a otros, las dificultades de adaptar vida laboral, familiar y escolar en tiempo récord.
En el momento de la presentación del libro, la regidora de cultura Concha Juanola destacó que las dos ganadoras (por cada uno de las categorías) eran mujeres.
Aprovechando un tardío festejo del libro, que llenó las calles céntricas de Maó casi como si fuera 23 de abril, el libro ha salido también a la calle. La participación de 55 firmas ha sido bien valorada por el departamento de cultura que, aunque solo haya podido publicar 25, anima a mantener esas cotas de participación en el futuro.
El futuro es incierto. Quizás sea necesario que haya testigos que lo vivan y lo escriban para que quede reflejado con claridad para que sea después recordado o descubierto por los lectores del futuro. Si este año está siendo tan diferente y especial, en el libro Des de casa Maó vint vint hay un buen retrato de lo que fueron aquellos días.