Fue la Ministra de Trabajo y Economía Social, Yolanda Díaz, quien lo anunció en su visita a Palma de Mallorca el pasado sábado. Nuestra comunidad autónoma ha expresado, en boca de la presidenta Francina Armengol, que Baleares tiene un vínculo muy fuerte con el turismo y ello nos convierte en un sistema económico que precisa de estos mecanismos de soporte.
A finales de este mes se reunirá la Mesa de Diálogo Social en Baleares para establecer cómo dar continuidad a los ERTEs, particularmente vinculados a perfiles de fijos discontinuos que trabajan en los sectores más afectados de la economía por la crisis sanitaria del COVID.
El Expediente de Regulación Temporal de Empleo es un mecanismo que está preparado para plantear la reducción de la jornada laboral por el tiempo que sea prudente con el objetivo de que la empresa supere una situación negativa. Aunque también puede suponer prescindir del contrato de trabajo.
Existen muchas causas para aplicar el ERTE, generalmente tienen que ver con razones económicas, organizativas, técnicas o de producción. La fórmula más conocida en estos tiempos es el que surge de los daños colaterales de la crisis sanitaria generada por la pandemia del COVID. En Baleares, donde el turismo es el que genera más puestos de trabajo (la mayoría fijos discontinuos), la fórmula del ERTE está siendo clave para dar una oportunidad a empresas y trabajadores.
A través del ERTE la jornada de trabajo puede sufrir una reducción entre el 10 y el 70% de la jornada clásica de trabajo. Por otro lado, en su forma más agresiva el ERTE puede significar la suspensión del contrato laboral por un periodo de tiempo, aunque los trabajadores se deben reincorporar una vez culmine el periodo de su aplicación.
Cada empresa debe clarificar la duración estimada de la aplicación de este instrumento legal. No obstante, una vez aplicado cada compañía puede solicitar las prórrogas que sean necesarias.
Con un ERTE en vigor, las empresas están exentas de pagar los salarios por el período de vigencia en el que no se trabaje y eso debe reducir sus costes laborales y suponer un apoyo para superar el bache. Así la empresa puede realizar los ajustes laborales que crea conveniente. Por su parte, los trajadores evitan el despido puesto que la empresa debe volver a incorporarlos al superar lo que motivo el ERTE. Durante los seis meses siguientes a la reincorporación al trabajo, la empresa no puede echar a la calle a estos trabajadores.
Por otro lado, el trabajador puede estar momentáneamente sin empleo o trabajando solo una parte de la jornada habitual, lo que supone que solo percibe un sueldo por las horas trabajadas mientras que la Seguridad Social le compensa una parte de la que ha dejado de percibir. Una consecuencia añadida se tendrá en la Declaración de la Renta de estos trabajadores para el año que viene, cuando tendrán que devolver una parte del dinero que han percibido ahora del Estado.
Al no haber restricciones de personal, puede afectar a cualquier número de trabajadores en la empresa.
Cuando se suspenda la jornada laboral completa en justificación a un ERTE concecido, los trabajadores no pueden dirigirse a ninguna institución a reclamar y esa situación, con la suspensión del contrato laboral, no genera derecho a vacaciones.
