Unas 70 personas se manifestaron esta tarde en Maó contra el maltrato a los caballos. La protesta llega pocos días después de que una yegua tuviera que ser sacrificada en una finca de la ciudad tras lo que la Protectora d’Animals calificó de “maltrato” y “tortura” ya que afirma que el animal “murió de hambre en el suelo tras una larga agonía”.

Debido a ello ya se ha presentado una denuncia ante el juzgado y se está pendiente de que se asigne un juez instructor al caso. Paralelamente, según la Protectora, el Seprona investiga las circunstancias de la muerte del animal. La pena, si el propietario del animal es declarado culpable, sería de seis a ocho meses de prisión y la inhabilitación para tener animales por un espacio de dos a cuatro años.

Lo que se lamenta desde la entidad animalista es que se pidieron medidas cautelares para proteger al resto de caballos de este mismo propietario “pero la Justicia es lenta”.

Según la presidenta de la Protectora, “disponemos de pruebas suficientes” para corroborar los hechos denunciados.

Por otro lado, la entidad ha pedido a las Juntas de Caixers que no permitan que nadie que haya sido condenado por maltrato animal pueda participar con sus caballos en las fiestas patronales.