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¿Es efectivo el Radar Covid?: solo 109 usuarios se han identificado como positivos

Las reticencias disminuyen la eficacia de la aplicación en las Iles Balears

Aplicación instalada en el teléfono.
Aplicación instalada en el teléfono.

Apenas 109 ciudadanos de las islas han notificado su condición de pacientes con un diagnóstico positivo activo de coronavirus en la aplicación del Radar Covid desde su implantación en la comunidad autónoma, a finales del pasado mes de agosto. Este paupérrimo número de contagios comunicados de manera pública, aunque anónima, está restando efectividad al recurso tecnológico diseñado por la Secretaria de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial.

 

El Radar Covid, anunciado a bombo y platillo este pasado verano por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, como un arma crucial y determinante en la contención de la pandemia del coronavirus, anda lejos de satisfacer las expectativas iniciales, al menos en el caso de Balears.

Según afirmó la consellera de Salut i Consum, Patricia Gómez, en su comparecencia parlamentaria del pasado martes 22 de septiembre, tan solo 109 residentes de las islas, con un diagnóstico confirmado de Covid-19, han procedido a dejar constancia de su situación epidemiológica en la aplicación.

Con esta cifra en la mano, la capacidad del Radar para advertir a otros usuarios del sistema de su proximidad física o geográfica a un foco de posible infección, es más bien relativa.

De hecho, la efectividad de esta estrategia depende de diversos factores, entre los que el seguimiento de los usuarios resulta, sin duda alguna, el más decisivo: si las personas que se han descargado el Radar Covid y que son conocedoras de ser portadoras activas del virus, no hacen constar esta circunstancia en la aplicación, ésta no puede cursar la correspondiente advertencia a otros ciudadanos que se hallen, en un momento determinado, en un radio cercano a ese paciente.

CUATRO MILLONES DE DESCARGAS

La escasa consignación de positivos, que contrasta con el elevado número de descargas (cuatro millones en España, según datos del pasado 15 de septiembre) es uno de los obstáculos que está encontrando el Radar Covid para consolidar su implantación. Sin embargo, no es el único. A pesar de que desde el primer momento el Gobierno central ha apostado por extender este recurso a la totalidad del territorio nacional, este objetivo todavía no se ha hecho factible.

Concretamente, hay en estos momentos 12 comunidades, entre ellas Balears, donde ya se ha procedido a activar la aplicación. Las otras autonomías que ya disponen del Radar Covid son Andalucía, Aragón, Asturias, Canarias (que fue la comunidad pionera, ya que el estudio piloto del sistema se llevó a cabo en la isla de la Gomera), Cantabria, Castilla y León, Madrid, Extremadura, la Rioja, Región de Murcia y Navarra, además de la ciudad autónoma de Melilla.

Más allá de las reticencias que hayan podido expresar determinados gobiernos autonómicos respecto a la eficacia del Radar Covid, la realidad es la principal razón de que la cobertura de la aplicación todavía no abarque la totalidad de la geografía nacional tiene más que ver con factores técnicos que con resistencias políticas. Hoy por hoy, y a pesar de que la fecha límite anunciada en su momento por el Gobierno expiró el pasado 15 de septiembre, la Secretaría de Estado de Digitalización e Inteligencia Artificial todavía no ha logrado garantizar el correcto funcionamiento de la aplicación en algunas autonomías que han solicitado su implantación.

También los usuarios particulares están hallando problemas para descargar el sistema en sus teléfonos móviles. El problema reside en que se trata de un modelo de rastreo diseñado a partir de la tecnología aportada por Google y Apple, y esto exige contar con aparatos de telefonía compatibles. En este sentido, la antigüedad del terminal constituye un factor crucial: un móvil que no responda a las últimas generaciones de este artículo reúne muchas menos posibilidades de mostrarse operativo a la hora de instalar la Radar Covid. Además, el titular de la línea deberá tener activado el bluetooth, ya que esa es la condición técnica indispensable para hacer posible el intercambio de información entre los móviles.

PROTECCIÓN DE DATOS

Por otra parte, los detractores de esta alternativa tecnológica han esgrimido otro inconveniente a tener en cuenta: ¿respeta la aplicación la legislación vigente en materia de protección de datos? O, dicho en otras palabras, ¿puede tener el usuario positivo que consigna sus datos en la app la completa seguridad de que su identidad no saldrá a la luz y que, por tanto, podrá mantener el anonimato más absoluto?

Esta es una cuestión que también echa atrás a algunos pacientes con Covid a la hora de comunicar su situación epidemiológica. Comparten la necesidad de informar a otros ciudadanos, pero, lógicamente, no a costa de que sus datos puedan ser posteriormente rastreados.

A este respecto, el Gobierno y los creadores del sistema han ofrecido las máximas garantías: el Radar Covid es plenamente seguro a nivel de preservación de la intimidad y la privacidad, y ningún usuario ha de albergar el más mínimo temor al respecto.

En realidad, el funcionamiento de la app es relativamente sencilla. Cuando las terminales de dos personas que se han descargado previamente la aplicación se hallan a menos de dos metros de distancia durante, al menos, un cuarto de hora, los sistemas de ambos teléfonos intercambian unos ficheros a través del bluetooth, que quedarán almacenados en los móviles durante un periodo de 14 días, precisamente el tiempo de confinamiento prescrito por los responsables sanitarios.

En el caso de que uno de estos usuarios haya sido diagnosticado de Covid-19, tendrá la posibilidad de haber introducido un código alfanumérico aleatorio que le habrá facilitado su médico. Esta relación de números y letras es el elemento que identifica al portador del virus de cara a otros usuarios. Ahora bien, esto solo ocurre si el interesado lo desea: la introducción del código en el entorno del Radar Covid es completamente voluntaria.

No obstante, si ese usuario positivo ha tecleado el código alfanumérico, el titular del otro terminal recibirá un mensaje en el que se le advertirá de que ha estado en contacto con una persona infectada.

ESCASO SEGUIMIENTO EN EUROPA

Por otro lado, como se ha especificado anteriormente, unos cuatro millones de ciudadanos han descargado la aplicación Radar Covid en España desde que el sistema se halla activo. En nuestro país, la aceptación de este recurso es claramente al de otros territorios. Mientras España aspira a situarse en el 20 por ciento de implantación, en Francia solo el 3 por ciento de residentes se han interesado por contar con la app, mientras que en Italia se supera ligeramente el 10 por ciento. Más escepticismo hay todavía en Reino Unido, cuyo Gobierno, tras valorar las ventajas y los inconvenientes de la aplicación, optó directamente por no instalarla, al menos por el momento.

No obstante, aunque el nivel de incorporación del Radar Covid a las terminales de móviles españolas es superior a la de otros estados miembros de la Unión Europea, también España se halla muy lejos de cumplir con la cota de cobertura recomendada por la Universidad de Oxford con vistas a asegurar la efectividad del sistema, y que esta prestigiosa institución sitúa nada menos que en el 60 por ciento.


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