Este pasado jueves finalizó el plan de restricciones para el área sanitaria de Son Gotleu (Palma) y según avanzó ayer el portavoz Javier Arranz, se prevé aliviar las restricciones. ¿Funciona pues?
Sí, no puedo avanzar los datos porque mañana (por hoy) los dará la consellera pero le puedo decir que son cifras muy buenas que demuestran que estas acciones funcionan.
Hicieron una preliminar hace una semana y dijeron que los positivos en el área de Son Gotleu habían descendido de 66 a 44 durante la primera semana de restricciones.
Tenemos muy buenos resultados no sólo en estas zonas sino en otras y pensamos que los motivos pueden ser varios pero sí que hay un efecto de concienciación importante y que ha calado entre la población. Han entendido muy bien las medidas.
Las restricciones por barrios dan resultado, los números nos avalan
Cuando dice ‘otras zonas’ ¿se refiere a la de Arquitecte Bennàssar?
A esa y a otras, sí. Se ve que cuando se implementan estas restricciones hay efecto más allá del área determinada.
¿Habrá más confinamientos perimetrales?
Para nada me atrevo a predecir el futuro, ni aunque sea un futuro inmediato. Hay que analizar muy bien el impacto desde el punto de vista de Salut Publica, cómo han influido todos los determinantes sociales en los efectos sobre la salud de la población. Por ejemplo, la vuelta al cole o al trabajo.
Con esta pandemia ya no me atrevo a predecir el futuro, ni siquiera el más inmediato
¿Cómo se atajan los contagios en residencias muy pequeñas? Porque como administración pueden implementarse medidas durante 15 días y mejorar pero el problema luego volverá.
Exacto. Por eso hay que convertir un proyecto de intervención comunitaria concreta en un proceso comunitario, es decir, que se haga seguimiento de algunas de las medidas que hemos puesto en marcha.
¿Ibiza es la isla que en estos momentos más preocupa?
Nos preocupan todas pero ahora mismo, Ibiza es la que vigilamos con mayor atención. Creemos que vamos a revertir su proceso al igual que ya lo estamos consiguiendo en Mallorca.
Se lo pregunto porque esta semana conocíamos que sólo el 16 por ciento de los vecinos de Ibiza convocados para un cribado se presentaron. No suena a compromiso.
Es representativo de cómo lo ha entendido la población, sí. De todas formas, ocurre aquí y en otras partes. En Catalunya hay poblaciones a las que se les ha hecho estos llamamientos y han respondido muy bien, y otras no. Creo que tiene que ver con la propia idiosincrasia del lugar, del colectivo. No obstante, ya tenemos previstos cribados selectivos para ir allí donde realmente queremos que la gente lo haga, explicándoselo todo muy bien directamente.
¿El puerta a puerta ha funcionado? ¿Han notado rechazo por parte del ciudadano debido a una sensación de intromisión?
El ciudadano ha reaccionado genial. La información cualitativa que me ha transmitido mi equipo es de agradecimiento por parte de los vecinos. Todos han entendido que el único afán era de ayuda y de facilitarles el aislamiento y cuarentena. Sabemos que en muchos casos es muy complicado, especialmente cuando no tienes las necesidades cubiertas: desde el mismo espacio habitacional hasta el soporte que te va a hacer la compra.
El ciudadano ha funcionado genial ante el ‘puerta a puerta’. No lo ha percibido como una intromisión o acción de control
¿Se ha cumplido el aislamiento y cuarentenas en dicha zona?
Sí, la mayoría han cumplido. Hemos detectado el por qué de que algunas personas no pudiesen cumplir y con esta intervención, ya no ha habido problemas. Hemos repetido algunos domicilios hasta comprobar que realmente estaban cubiertas sus necesidades.
¿El perfil es?
Hay de todo. Personas mayores, familias en las que el padre y la madre son positivos y algunos hijos no y no saben cómo hacer para protegerlos. Es complicado actuar dentro del ámbito familiar.
En esta segunda ola parece que el virus se quiere esconder: hay muchos casos de ancianos con patologías que no han mostrado ni un solo síntoma
¿Qué ha fallado en las residencias? La primera ola te puede pillar pero la segunda…
No me atrevo a decir que sea igual, me faltan días para constatar. La verdad es que no puedo decir qué ha fallado porque no lo sé. Las medidas son las mismas, la vigilancia también, incluso había una serie de restricciones que se propusieron en un momento que parecía que era pronto y se implementaron igualmente. Lo desconcertante es cómo ha ocurrido durante esta segunda ola: en absoluto silencio. Parece que se quiere esconder. Fíjese que en alguna de estas residencias en las que se han dado muchos casos, no ha habido ni un solo síntoma y eso que eran personas mayores con patologías. El comportamiento parece que ha mutado pero tampoco sabemos por qué. Igual cuando venga el frío los casos se agravarán.
Es desconcertante cómo se comporta el virus en las residencias en esta segunda ola
Son Espases y Son Llàtzer. Los sindicatos sanitarios alertan de la falta de personal. ¿Por qué falta personal?
Porque no hay, no hay más. Vivimos en una isla en la que ahora todo el mundo sanitario tiene mucho trabajo y además, no nos llega nadie de fuera. Ha habido épocas en las que venían profesionales de otras comunidades autónomas pero ahora ya no es así. ¿Qué hacemos? Nos vamos intercambiando, nos vamos dejando profesionales entre departamentos. Cuando yo digo que pongo personal en Epidemiología, por ejemplo, tiembla el resto. Hay que ser consciente de esta realidad en las islas.
¿Qué le parece la reducción del número de días para las cuarentenas de contactos estrechos, de 14 a 10?
Ayudará muchísimo. Cuatro días es mucho tiempo. Había, como es lógico, una incomprensión respecto a los días que debían cumplir los positivos: sólo 10. Por ejemplo, de una familia con un caso confirmado, este salía antes que las personas que tenían que cumplir la cuarentena.
Han pedido a las familias y profesores que reduzcan al máximo la vida social. ¿Por qué inciden en ellos?
No, en realidad el mensaje es para todos. No obstante, incidimos por ámbitos -en este caso familiar y educativo- porque hace que esas personas te escuchen mejor. No hay que olvidar que los el número reproductivo en el ámbito familiar es alto. Esto hay que cortarlo de raíz porque si no somos capaces de hacerlo dentro de un hogar, cómo vamos a conseguirlo en otros escenarios.
En cualquier caso, repito que el mensaje va para todos. Por ejemplo, una de las recomendaciones en el ámbito del trabajo es no organizar comidas comunitarias en espacios pequeños y mal ventilados. Comer y beber es situación de riesgo porque no llevas mascarilla, te tocas la boca, tocas superficies…
La portavoz Costa ha declarado que el inicio de curso va bien y que los protocolos funcionan.
Sí, funcionan. Es cierto que para analizar bien un asunto tan complejo con tantas variantes como una epidemia se necesita tiempo y reflexión, y que de esto ahora mismo no disponemos, pero sí vemos que donde se aplican los protocolos, hay buenos resultados aunque es inevitable que algún caso se te escape.
Científicos de medio mundo alertan que el coronavirus flota y que por tanto puede haber contagio por aerosoles. ¿Cómo lo valora?
Estamos pendientes de la evidencia científica. Lo que sabíamos ya de antes del coronavirus es que las enfermedades de transmisión aérea son muy contagiosas y este coronavirus nos hace ver que a veces es muy contagioso y a veces no. Por ello, todos estamos un poco descolocados y de ahí la cantidad de medidas. Primero una, luego otra. Yo soy partidaria de aplicar todas.
A veces es muy contagioso, otras no. Estamos todos un poco descolocados, de ahí la enorme cantidad de medidas. Yo soy partidaria de implementarlas todas
¿Para cuándo tienen previsto el pico de la curva?
No nos atrevemos con el calendario. Observas el comportamiento en comunidades que están mal y cuando se recuperan aparece en otra: se va moviendo. Quieras que no, nos tenemos que desplazar. En esta isla, por ejemplo, ya no hablamos de las personas sino de los materiales o comida que entra y sale, hay mucho trasiego.
Además de mascarilla, distancia interpersonal y limpieza, ¿qué más hacer en espacios cerrados?
Ventilar y no olvidarnos nunca de las tres anteriores, por mucha prisa que tengas.