El primer lunes del mes de octubre se celebra el Día de la Educación Financiera, iniciativa de la CNMV y el Banco de España. Según la Encuesta de Competencias Financieras realizada por estas instituciones, más de la mitad de los adultos no contesta correctamente a un sencillo supuesto sobre qué es la inflación. El porcentaje subía hasta el 65% para aquellos encuestados con edades comprendidas entre 45 y 64 años. Balears y Extremadura están a la cola de España.
El desconocimiento sobre otro concepto financiero como es el interés compuesto ronda el 50%. Llama la atención que son los mayores de 65 años los que lo dominan mejor.
Como era de esperar, España está por debajo de la media de los países de la OCDE.
La conclusión de estos pésimos resultados es que la población adolece de manera seria de conocimientos financieros y eso se traduce en peor calidad de vida y en mayores sacrificios a la hora de afrontar una crisis económica. Y ahora estamos en una de las más graves de los últimos cien años.
Pero saber de inflación, interés compuesto o diversificación, sirve de poco para entender lo que nos viene. Estamos en un profundo cambio dentro del sistema económico mundial. Si no se conoce el actual, ¿con qué garantías se afronta el que está por llegar? ¿qué coste va a tener no tomar las decisiones correctas?
Y lo que viene es disruptivo.
Los bancos comerciales están en horas bajas inmersos en fusiones o en escándalos financieros por blanqueos masivos de dinero. Los bancos centrales, con China a la cabeza, están a punto de emitir una moneda digital que hará desaparecer el dinero físico, eliminar el poder de la banca tradicional y tener más controlado al ciudadano.
Para ver lo avanzado que está el tema, en la ciudad china de Shenzhen, el gobierno ha distribuido durante el mes de septiembre monedas digitales por valor de 1,5 millones de dólares que debían gastarse en seis días. Una prueba piloto para tomar la delantera al mundo entero.
En los últimos tiempos se está empezando a hablar de la puesta en marcha del QFS (Sistema Financiero Cuántico) basado en inteligencia artificial y parece ser que lleva unos meses funcionando. Es un sistema basado en el patrón oro. Dicen que puede convertirse en el nuevo paradigma financiero mundial cuando lo hayan suscrito todos los países. Aún se sabe poco de este sistema pero parece ser compatible con la cadena de bloques. Según dicen, en diez años la sustituirá.
Como vemos, esto está muy movido. En cualquier caso, afirma el Banco de España que tener conocimiento financiero favorece la inclusión social y la igualdad de oportunidades. Sinceramente, lo creo pero la transformación económica está yendo muy rápida. Casi tanto como la tecnología. Si en su día se temía por la brecha digital y se la responsabilizaba de favorecedor desigualdades y la exclusión social, al privar a una parte de la población de recursos esenciales, la brecha en la educación financiera puede ser letal.
El paradigma económico que viene ya da por hecho que se sabe lo que es la inflación o el interés compuesto, materias en las que suspendemos. Es necesario un mayor conocimiento para no quedarse atrás. La brecha en educación financiera puede ser tan perjudicial como la brecha digital y no he escuchado que reducirla esté entre las prioridades del Gobierno, en el recién anunciado aumento del techo de gasto. Quizás no convenga que los ciudadanos sepan mucho sobre cómo se mueve el dinero. Recordemos aquello que ya denunció Margaret Thatcher: El estado no tiene más dinero que el que aportan las personas. Si el Estado quiere gastar más, solo puede hacerlo endeudando tus ahorros o aumentando tus impuestos. No es correcto pensar que “alguien” lo pagará. Ese alguien eres tú. No hay “dinero público”, solo hay dinero de los contribuyentes.
Yo matizaría las sabias palabras de la Dama de Hierro añadiendo que, si no se produce un jubileo de la deuda, no seremos nosotros quienes lo pagaremos. Ese “alguien” serán nuestros hijos y los nietos de sus nietos.