Pese a que la Comisión de Industria, Investigación y Energía del Parlamento Europeo publicó en 2018 un informe que señala que, “aunque los cambios estacionales de hora pueden producir ahorros, estos son marginales, y que no hay certeza de que los beneficios se obtengan en todos los Estados miembros”, la madrugada del próximo domingo, 25 de octubre, termina el horario de verano y se retrasarán los relojes una hora, de forma que a las 3 horas volverán a marcar las 2.
El cumplimiento de esta directiva europea, vigente desde el año 2000, siempre suscita debate entre amplios colectivos sociales. La Comisión Europea llevó a cabo en 2018 una consulta pública en la que más del 80% de los 4,6 millones de ciudadanos que participaron se mostraron a favor de acabar con los cambios de hora.
En base a este resultado, la Comisión propuso finalizar esta práctica y que en marzo de 2019 se produjera el último cambio de hora. La falta de consenso entre los Estados y las evaluaciones de impacto hicieron que Europa retrasase hasta 2021 la posible anulación del cambio horario, dando la posibilidad a los distintos países de optar por permanecer en el horario de invierno o en el de verano.
Si finalmente se decide adoptar de forma permanente el horario de verano, el último cambio de hora tendrá lugar en marzo de 2021. Por el contrario, en los países que decidan permanecer en el horario de invierno, el reloj se cambiará por última vez en octubre de 2021.
España aún no ha decidido qué huso horario adoptar. La información de la que partirá la Administración Española para tomar esta decisión estará apoyada, entre otros, por la encuesta que el Centro de Investigaciones Superiores (CIS) realizó en noviembre de 2018 -en la que el 65% de los encuestados se manifestó a favor de permanecer en el horario de verano– y por un informe solicitado al Comité de expertos que el Gobierno creó específicamente para debatir esta cuestión en septiembre de 2018, entre otros.
En la latitud de nuestro país las horas de luz son las mismas, +-10 en invierno y +-14 en verano, pero no amanece o anochece a la misma hora en el este que en el oeste, pudiendo haber más de una hora de diferencia de un extremo al otro. Menorca, por ejemplo, es el primer lugar donde amanece.
El informe de la Comisión indica que, aunque puede haber ahorros de energía en iluminación, no es tan evidente que ocurra lo mismo con la calefacción, que podría incluso aumentar su consumo. Además, los resultados son difíciles de interpretar ya que están fuertemente influenciados por factores externos tales como la meteorología o el comportamiento de los usuarios.
Creo que tendriamos que tener la hora que nos corresponde por la longitud que estamos (Greenwich)