Un sello distintivo de ser un adolescente es el impulso de experimentar e ir más allá de los límites establecidos. A veces, eso significa probar las drogas. Y cuando se trata de cannabis, los adolescentes de Baleares están entre los que primero se animan a probarla.
Son muchos los adolescentes que prueban la marihuana, ya que popularmente la consideran una opción menos peligrosa que las llamadas drogas “más duras” (como la cocaína o la heroína). Además, son muchos los adultos que la utilizan de manera recreativa, o como tratamiento para ciertas dolencias.
De hecho, actualmente cada vez hay más personas que prueban uno de sus compuestos, el aceite de CBD para dormir mejor, relajarse o reducir su presión sanguínea. El problema realmente es el THC, el compuesto del cannabis que te coloca, que es retirado en el aceite de CBD.
Según el ‘Estudio Sociológico Cualitativo sobre consumo de alcohol y cannabis en jóvenes y adolescentes’, realizado por la sociedad científica Socidrogalcohol, la marihuana es una de las drogas más utilizadas por los adolescentes. Y según la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que el 2,5% de la población mundial utiliza esta sustancia.
El 6,6% de los estudiantes encuestados de segundo de la ESO ha fumado marihuana o hachís en el último mes, mientras que el 11,8% ha fumado en el último año. Para cuarto de la ESO, esas cifras se incrementan a 18,4% y 28,8%, respectivamente. Para el último año, el 22,3% informó de que había consumido marihuana en el último mes, mientras que el 35,7% había fumado marihuana en el último año.
El rango de edad a la que se empieza a fumar es de 13 a 17 años. Estas cifras se han mantenido estables en los últimos años. El marcado aumento en el uso entre los adolescentes (de casi 12% a casi 30%) es significativo. ¿A qué se debe este incremento?
La influencia de la presión de grupo
Las investigaciones nos sacan de dudas. El uso de las drogas por parte de los amigos y compañeros es una de las principales razones por las que los adolescentes comienzan a usar cannabis. La probabilidad aumenta si tienen familiares cercanos que consumen drogas, o que beben y fuman.
La transición entre primaria y secundaria también conduce a nuevos trastornos y factores estresantes para los chicos, que pueden hacer que cedan a probar algo prohibido. Lo mismo ocurre cuando hay un cambio de instituto, de amigos, nuevas presiones, el deseo de encajar y una baja autoestima.
Los investigadores también han descubierto que cuanto antes se involucraban en pandillas, bebían alcohol, se metían en peleas, robaban o destrozaban propiedades, antes consumían cannabis y las probabilidades de que tuvieran problemas de abuso de drogas eran mayores.
Los que empezaban a beber a los 17 años también tenían un mayor riesgo de tener un problema de alcohol a los 28 años.
La disponibilidad de la marihuana es un factor clave
Los niños que viven en barrios donde las drogas se venden abiertamente o que van a colegios donde sus compañeros venden drogas, son significativamente más propensos a comenzar a fumar marihuana a una edad temprana.
Los investigadores también han descubierto que si los adolescentes creen que sus compañeros aprueban el uso de drogas, es más probable que ellos mismos las usen a una edad temprana.
Los peligros de empezar en la adolescencia
¿Qué diferencia puede hacer un año o dos? Mucha. Las personas que comienzan a fumar al principio de su adolescencia, tienen más riesgo de tener problemas de abuso de drogas al llegar la treintena, concretamente el el 68 por ciento.
Pero las que comienzan a fumar entre los 15 y 17 años su riesgo baja al 44 por ciento, según un nuevo estudio realizado por investigadores de la Universidad de Montreal.
Razón de más, dicen, para educar a los niños a una edad temprana, en la escuela primaria, sobre los riesgos de empezar a fumar marihuana, especialmente ahora que la potencia es mucho mayor que en décadas pasadas y que la aceptación pública está siendo estimulada por la legalización en algunos países.
“Las probabilidades de desarrollar cualquier síntoma de uso indebido de drogas antes de la treintena se redujeron en un 31% por cada año de retraso en el inicio del consumo de cannabis en la adolescencia”, descubrieron los investigadores.
La marihuana y el cerebro de los adolescentes
Uno de los principales problemas de consumir cannabis en la adolescencia son las secuelas que puede dejar en el cerebro. El cerebro de los jóvenes aún se está formando, y no es hasta mediados de la veintena cuando alcanza su óptimo desarrollo.
Consumir cannabis entre ese tiempo puede afectar negativamente a ese desarrollo, y dejar algunas secuelas significativas a corto y largo plazo. Algunas de ellas pueden ser: problemas de memoria y aprendizaje, disminución del rendimiento, dificultad para pensar y mantener la atención, impedimento para resolver problemas y un deterioro cognitivo.
La vulnerabilidad que tienen los jóvenes frente a esta droga es palpable. Por todo esto, podemos concluir que es necesario tomar medidas inmediatas para evitar que nuestros adolescentes se inicien en el mundo de las drogas, o por lo menos, que lo hagan lo más tarde posible siendo conscientes de todos los problemas que esto les puede acarrear en el futuro.