La prostitución mueve en las Illes Balears un negocio ilícito de más de 70 millones de euros al año. Asimismo, en el archipiélago, unos 90.000 hombres pagan cada año por prostituir mujeres y, en 2020, hay unas 2.350 mujeres en situación de prostitución. Por otra parte, también se demuestra la vinculación entre el tráfico de personas y la prostitución, dado que se estima que entre el 30% y el 50% de las mujeres prostituidas son víctimas del tráfico.
Estas son algunas de las principales conclusiones del ‘Estudio sobre la prostitución, la trata y la explotación sexual en las Illes Balears’. Se trata de una obra de investigación y análisis encargada por el Institut Balear de la Dona y elaborada por un equipo multidisciplinar dirigido por la Universitat de les Illes Balears que muestra por primera vez cuál es la realidad del sistema de la prostitución en la Comunidad autónoma.
El Estudio apunta que la prostitución está vinculada a situaciones de pobreza o de necesidad social. La experiencia de la prostitución, además, se caracteriza como violenta y muy insegura para las mujeres que la ejercen.
Para conocer esta realidad se han realizado entrevistas a personas en situación de prostitución. En total se habló con 225 mujeres, 7 hombres y 7 personas transexuales, de las islas de Mallorca (186), Menorca (15) e Ibiza (38).
Hasta la llegada de la Covid-19, el 55,2% de ejercían la prostitución en pisos. De estas personas, 211 son extranjeras, lo que demuestra la relación entre prostitución, inmigración y tráfico de personas. La media de edad (34 años) es muy elevada, lo que responde a la dificultad para acceder a las mujeres jóvenes explotadas, porque mayoritariamente lo son en modalidades ocultas.
La mayoría de ellas (un 62,3%) tienen niños, y un 31% de las entrevistadas tienen estudios de bachillerato. El 51,9% se han sentido amenazadas o en peligro, y la mayoría tienen miedo, principalmente, de las infecciones (75,7%), de la violencia o las agresiones del «cliente» (67,4%), o que la familia sepa que se prostituyen (51%). También destaca el hecho de que el 48,7% de las entrevistadas han sufrido violencia durante el último año.
Algunas de las conclusiones de este apartado son la deslocalización, la ocultación y la dispersión en el territorio, así como el aislamiento que sufren las mujeres, que a menudo no cuentan con una red de apoyo y carezcan de recursos.
La mayoría toma medicación (sobre todo ansiolíticos y medicamentos para la depresión y para el dolor) y que la mayoría (el 60,6%) afirma que tiene depresión o cree que puede tenerla.